Page 146 - Confesiones de un ganster economico
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conseguir que vaya y persuada a su compañía para que se marchen de nuestro
país. Quiero advertirle. Aunque crean que tienen un gran negocio aquí, es una
ilusión. Este régimen no va a durar. —Una vez más descargó la mano sobre el
brazo del sillón—. Y cuando caiga, los que le sustituyan no tendrán ninguna
simpatía para con ustedes y los que son como ustedes.
—¿Que no cobraremos, quiere decir?
Doc tuvo un ataque de tos y le faltó poco para ahogarse. Yamin se acercó a
darle fricciones en la espalda. Cuando acabó el sofoco, le habló a Doc en farsi y
luego regresó a mi lado.
— Esta conversación debe terminar —me anunció Yamin—. Pero antes
contestaremos a su pregunta. Está usted en lo cierto. No cobrarán. Harán todo el
trabajo y a la hora de percibir los honorarios el sha ya no estará aquí.
Durante el camino de regreso le pregunté a Yamin qué más les daba a ellos si
MAIN se ahorraba o no el desastre financiero que Doc había pronosticado.
—Celebraríamos ver la quiebra de esa compañía. Pero preferimos que se
vayan ustedes de Irán. La marcha de una empresa como la suya podría sentar un
precedente, o así lo esperamos. ¿Entiende? No deseamos que haya un baño de
sangre aquí, pero el sha debe irse y somos partidarios de intentar cualquier cosa
que lo facilite. Por eso rezamos a Alá para que consiga usted convencer a su
señor Zambotti, ahora que todavía están a tiempo.
—¿Yo? ¿Por qué?
—Durante la cena que tuvimos, al hablar del proyecto del Desierto Florido
me pareció que usted estaba abierto a la verdad. Entonces supe que nuestras
informaciones eran correctas. Usted es un hombre entre dos mundos, un
mediador. '
Me pregunté cuántas cosas más sabrían acerca de mí.
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