Page 123 - Arquitectos del engaño
P. 123
ayudaron a provocar las guerras balcánicas de 1.912-1.913. El mismo Volpi di Misurata fue el artífice del
estado de Libia en 1.934 (The New Federalist, 11 de septiembre de 1.987).
Entre los masones que ayudaron a llegar al poder a Benito Mussolini estaban los banqueros de Nueva
York JP Morgan y Kuhn, Loeb & Co. (Gurudas, "Traición", San Rafael, CA, 1.996, p. 83). El Chicago
Tribune, The New York Times y The Wall Street Journal elogiaron a Mussolini desde el principio por haber
creado estabilidad y prosperidad en Italia. La prensa estadounidense incluso le tildó de nuevo emperador
romano y le comparó con Napoleón. El 20 de julio de 1.936, la revista Time Magazine publicó un artículo
muy favorable sobre Mussolini, llamándole el salvador de Italia.
El Illuminati estadounidense John J. McCloy se convirtió en asesor financiero del gobierno fascista
de Benito Mussolini. McCloy fue presidente, en los años 1.953-70, del Consejo de Relaciones Extranjeras
(CFR) controlado por los Illuminati. También era una figura muy destacada del Grupo Bilderberg.
Tras la asunción del poder fascista en 1.922, los judíos estaban excesivamente representados en la
administración central, los militares y la educación superior. Muchos judíos se unieron al partido fascista,
donde se podía llegar a altos cargos, algunos muy cerca de Mussolini (Meir Michaelis, "Mussolini y los
judíos: Las relaciones germano-italianas y la cuestión judía en Italia 1.922-1945", Instituto de Asuntos
Judíos, The Clarendon Press, Oxford, 1.979).
Los masones judíos más importantes que pertenecían al gobierno de Mussolini eran Aldo Finzi
(mano derecha y ministro del interior de Mussolini) y Guido Jung (Ministro de Finanzas, 1.932-35). El
ideólogo en jefe fascista era el judío Illuminati Gino Arias, que utilizaba el modelo económico de los
sindicalistas. Era miembro del Consejo Fascista que era quien, en realidad, gobernaba el país. También eran
miembros los banqueros judíos masones Giuseppe Toeplitz y Otto Herman Kahan. Los asesores de
Mussolini en asuntos económicos eran todos judíos: H. Ancona, A. Luria y T. Meyer. El ideólogo de Hitler
Alfred Rosenberg decía que Mussolini era un lacayo judío. La aportación judía al movimiento fascista está
verificada por William Rubinstein, profesor de historia en la Universidad de Gales en Aberystwyth en su
estudio "Un pueblo aparte: Los judíos en Europa, 1.789-1.939" (Oxford, 1.999).
El masón Winston Leonard Spencer Churchill dijo que si él hubiera sido italiano, se habría puesto
una camisa negra y se habría unido a Mussolini. Churchill fue iniciado el 24 de mayo de 1.901 en la Logia
Studholme nº 1.591 de Londres y se convirtió en maestro el año siguiente en la Logia de Rosemary nº 2.851.
A Mussolini le hicieron francmasón honorífico, pero traicionó la confianza de los banqueros masones
y proclamó ya en 1.924 que todos los miembros de su Partido Fascista que fueran masones deberían dejar
cualquiera de estas organizaciones. El general Luigi Capello, uno de los fascistas más conocidos y diputado
gran maestro de la Grande Oriente, la gran logia líder en Italia, dejó el Partido Fascista para no traicionar los
ideales de la masonería.
En 1.925, Mussolini concedió una entrevista en la que dijo que en Italia la masonería era una
organización política que estaba subordinada al Gran Oriente de Francia.