Page 124 - Arquitectos del engaño
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El verano de 1.925, Mussolini ordenaba la disolución de la francmasonería en Italia. En una carta
        abierta a Il Duce, Domizio Torrigiani, gran maestro de la Gran Oriente de Italia, exigió que se respetaran los
        principios democráticos. Mussolini en 1.927 le ordenó que se exiliara a la isla de Lipari, donde murió.
               El  4  de  noviembre  de  1.925,  el  socialista  masón  Tito  Zaniboni  intentó  asesinar  a  Mussolini.  El
        general Capello fue arrestado por complicidad y fue condenado a 30 años de prisión (Sven G. Lunden, "La
        aniquilación de la masonería", The American Mercuri, núm. 206, febrero 1.941).
               Siguiendo  la  agitación  antimasónica,  los  camisas  negras  estuvieron  implicados  en  muchas
        actuaciones ilegales en contra de los masones entre el 26 de septiembre de 1.925 y el 4 de octubre de 1.925.
        Entraron en los hogares de muchos masones conocidos de Milán, Florencia y otras ciudades y mataron a
        137. El gran maestro Raola Palermo se escapó pero fue capturado y asesinado.
               El 9 de enero de 1.926, Mussolini confiscó los bienes de las logias. Sólo perseguía a los masones a
        los que no les gustaba su gobierno.
               Los masones nunca perdonaron a Mussolini que limitara sus medios de actuación, después de haber
        ayudado  a  organizar  su  marcha  sobre  Roma  el  27  de  octubre  de  1.922  que  obligó  a  que  el  rey  Victor
        Emmanuel III (también francmasón) lo nombrara ministro el 31 de octubre. Los masones mintieron al rey
        diciéndole que la guarnición de Roma sólo tenía 6.000 hombres (en realidad había 28.000) para combatir
        contra 100.000 camisas negras fascistas (en realidad 40.000).
               En  1.930,  en  un  secreto  total  Eugenio  Chiesa  fue  elegido  gran  maestro.  Después  de  la  Segunda
        Guerra Mundial, Guido Laj se convirtió en el legítimo gran maestro.
               El Wiener Freimaurer-Zeitung afirmó en su nº 5-6 de agosto de 1.925 que Mussolini no conseguiría
        librarse de los masones con su ley terrorista - la ley antimasónica. Eso no acabaría con la masonería en Italia.
               La palabra "fascismo" proviene de la palabra latina 'fasces' que significa "manojo de varas". En la
        Roma  antigua  el  haz  de  palos  era  un  símbolo  para  aquellos  funcionarios  con  derecho  a  castigar  a  sus
        súbditos.
               Este fue un símbolo radical durante el golpe de estado de los Illuminati, también conocido como la
        Gran Revolución Francesa de 1.789 (Paul Johnson, "Tiempos modernos", Nueva York, 1.983). En la sede de
        los Illuminati en Ingolstadt había una pintura en el techo, donde un hombre viejo llevaba un manojo de varas
        en la mano. Esto simbolizaban el poder de los Illuminati como lo hizo más tarde con los fascistas.
               La prensa bajo Mussolini se mantuvo libre. No se estableció ninguna policía secreta. La economía
        estaba controlada por los consejos económicos corporativos. Para Mussolini el socialista Kurt Eisner era un
        gran ejemplo.
               Su gente iba vestida con chaquetas de cuero negro al igual que los comisarios de Lenin. La retórica
        de  Mussolini  recordaba  el  lenguaje  violento  de  Lenin,  diciendo:  "¡No  hay  vida  sin  derramamiento  de
        sangre!"
               Con Mussolini la Cosa Nostra fue perseguida y se vio obligada a pasar a la clandestinidad. Muchos
        mafiosos  huyeron  a  los  Estados  Unidos,  donde  podían  operar  libremente.  Durante  la  Segunda  Guerra
        Mundial la mafia suministraba a las tropas estadounidenses información sobre la situación militar en Sicilia.
        Después del aterrizaje americano de 1.943, la mafia tenía las manos libres. Los mafiosos se hicieron alcaldes
        de los pueblos y de las ciudades sicilianas. Y los estadounidenses se limitaban a mirar como los líderes de la
        mafia ejecutaban públicamente a sus enemigos.
               Las autoridades americanas liberaron a 200 gánsteres durante la guerra, que originalmente habían
        venido de Italia, para volverlos a enviar a su antigua patria para renovar sus actividades mafiosas. Esto fue
        descrito  por  el  ex  ministro  alemán  de  Investigación  y  Tecnología,  Andreas  von  Biilow,  en  su  libro  "Im
        Namen  des  Staates"  /  "En  nombre  del  estado"  (Múnich,  1.998,  p.  173).  El  comandante  de  las  unidades
        americanas en Sicilia utilizó la mafia para luchar contra el gobierno nacionalista de Roma.
               Cuando el General Primo de Rivera llegó al poder en España en 1.925, ordenó que la masonería fuera
        prohibida  en  su  país.  En  septiembre  de  1.928  cerró  la  Grande  Oriente  y  otras  logias  subversivas.  Pero
        después de la revolución de 1.931 fueron reabiertas todas.
               El adversario más eficaz de la masonería fue el jefe del estado español el General Francisco Franco
        (un Cristiano judío). Él sabía que había una conspiración masónica real. Los líderes masónicos del Consejo
        Supremo,  los  grados  33º  de  Washington,  DC  el  otoño  de  1.936  instaron  a  sus  secuaces  comunistas  y
        socialistas del mundo a apoyar a los rojos en la Guerra Civil y a luchar contra el franquismo. Influyeron en
        la política de varios gobiernos.
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