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ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE FACULTADES Y ESCUELAS DE ENFERMERÍA
Conectamos todo lo anterior con una pedagogía que surgió en Reggio Emilia, en el
norte de Italia, conocida como la “Pedagogía del Asombro”, cuyo autor fue Loris
Malaguzzi, quien nos habla de ese aprendizaje vivencial personal, teniendo en cuenta
que soy yo esa persona que investiga netamente, que tiene curiosidad por el mundo y
que está en ese ambiente que quiere explorar.
Nosotros nunca hemos explorado, de pronto, pintar la casa, o las paredes de la casa,
hacer un arreglo en el hogar, limpiar las paredes del baño con vinagre o con algún
elemento que, pensemos, puede quitar esas manchas del jabón, o no lo hacemos
porque nos da pereza. ¿Pero por qué no experimentar cosas que nosotros podemos
hacer en la casa y convertir esto en aprendizaje? En la pedagogía del Asombro de
Loris, el aprendizaje se da en un ambiente libre, autónomo de escucha; por ello
podemos hacer juegos en la casa compartiendo con los otros y otras, y luego
reexionar sobre lo que aprendimos de ese juego. Otra actividad puede ser escuchar
música que nos guste y analizar su letra, por qué nos gustó hoy ese reggaetón, el pasillo,
el bambuco o el pasodoble y analizar los aspectos relevantes, o los sentimientos y
emociones que experimentamos y nos llegaron al alma. Observen que tenemos muchas
cosas para aprender en casa y conectarlas con lo que hacemos por fuera cuando
podamos salir.
Existe en este aprendizaje aspectos muy importantes: la autonomía, la disciplina, la
concentración, la persistencia y mi propia libertad; y hablamos de esa autonomía y
libertad porque soy yo, como ser humano, el que quiero aprender, no me lo van a
imponer. Puede que cuando fuéramos niños (chiquitos) las mamás nos dijeran “hagan
esto”, y muchos nos preguntáramos: “¿por qué tengo que hacer esto? Hoy no me
arrepiento de haberlo hecho y haber aprendido ciertas cosas que me han servido de
experiencia en mi hacer y en mi pensar. Cuando crecimos y nos hicimos más grandes,
nuestros papás nos decían: “no salgan hoy en la noche”; o si nos daban permiso de
salir, nos ponían horas de regreso temprano porque algo no bueno nos podía pasar
en la calle, y nosotros decíamos: “yo quiero experimentar”; y muchas veces
experimentamos y nos sucedieron cosas que nos sirvieron de experiencia para aprender
a oír los consejos que se nos daban.
En conclusión, muchos aprendizajes se construyen con los demás, pero también al
compartir estas experiencias es importante que sirvan de apoyo en los otros
aprendizajes. Hablamos entonces sobre cuál es mi centro de interés, por qué en mi vida
corriente debo tener un objetivo y una meta para hoy; cuál será mi meta para mañana.
Entonces, cuando yo pienso en esa meta de hoy y en lo que yo quiero aprender, se
buscan los caminos de mi motivación rumbo a mis autoaprendizajes.
No olvidemos que el aprendizaje es para mi felicidad y para la felicidad de aquellos
con quienes voy a compartir este aprendizaje, teniendo en cuenta que el n de la
educación es buscar la felicidad; que la encontraremos, quizás, para los que creemos,
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