Page 424 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
—Haga lo que guste —dijo Jonathan, con un sollozo que
hizo que temblara todo su cuerpo. ¡Estamos en las manos de
Dios!
Más tarde. Me hizo mucho bien ver el modo en que esos
hombres valerosos trabajan. ¿Cómo es posible que las mujeres
no amen a hombres que son tan sinceros, francos y valerosos?
Asimismo, pensé en el extraordinario poder del dinero. ¿Qué no
puede hacer cuando es aplicado correctamente?, ¿qué no pue
de conseguir cuando es usado de manera baja? Me siento muy
contenta de que lord Godalming sea tan rico y de que tanto él
como el señor Morris, que posee también mucho dinero, estén
dispuestos a gastarlo con tanta liberalidad. Ya que, de no ser
así, nuestra expedición no hubiera podido ponerse en marcha, ni
tan rápidamente ni con tan buen equipo, como va a hacerlo den
tro de otra hora. No han pasado todavía tres horas desde que se
decidió qué parte íbamos a desempeñar cada uno de nosotros, y
ahora, lord Godalming y Jonathan, tienen una hermosa lancha
de vapor, y están dispuestos a partir en cualquier momento.
El doctor Seward y el señor Morris tienen media docena
de excelentes caballos, todos preparados. Poseemos todos los
mapas y las ampliaciones de todos tipos que es posible conse
guir. El profesor van Helsing y yo deberemos salir esta noche, a
las once y cuarenta minutos, en tren, con destino a Veresti, en
donde conseguiremos una calesa que nos conduzca hasta el
Paso del Borgo. Llevamos encima una buena cantidad de dine
ro, ya que tendremos que comprar la calesa y los caballos. De
beremos conducirla nosotros mismos, puesto que no hay nadie
en quien podamos confiar en este caso. El profesor conoce mu
chas lenguas, de modo que podremos salir adelante sin dema
siadas dificultades. Todos tenemos armas, e incluso me consi
guieron a mí un revolver de cañón largo; Jonathan no se sentía
tranquilo, a menos que fuera armada como el resto de ellos.
Pero no puedo llevar un arma que llevan los demás; el estigma
sobre mi frente me lo prohíbe. El querido doctor van Helsing me
consuela, diciéndome que estoy bien armada, puesto que es
posible que encontremos lobos. Eltiempo se está haciendo cada
hora que pasa más frío y hay copos de nieve que flotan en el
aire, como malos presagios.
Más tarde. Me armé de valor para despedirme de mi
querido esposo. Es posible que no volvamos a vernos nunca
más. ¡Valor, Mina! El profesor te está mirando fijamente y esa
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