Page 425 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                  mirada es una advertencia. No debes derramar lágrimas aho
                  ra..., a menos que Dios permita que sean de alegría.
                                 Del diario de Jonathan Harker

                         30 de octubre, por la noche. Estoy escribiendo esto a la
                  luz que despide la caldera de la lancha de vapor; lord Godalming
                  está haciendo de fogonero. Tiene experiencia en el trabajo,
                  puesto que tuvo durante muchos años una lancha propia en el
                  Támesis y otra en Norfolk Broads. Con relación a nuestros pla
                  nes, hemos decidido finalmente que las suposiciones de Mina
                  eran pertinentes y que si el conde había escogido una vía acuá
                  tica para regresar a su castillo, debía tratarse necesariamente
                  del río Sereth y del Bistritza. Supusimos que en algún lugar cer
                  ca del grado cuarenta y siete de latitud norte sería el escogido
                  para atravesar el país entre el río y los Cárpatos. No teníamos
                  miedo de avanzar a buena velocidad sobre el río, en plena no
                  che; el agua es profunda y las orillas están lo suficientemente
                  separadas de nosotros como para que podamos navegar tran
                  quilamente y sin dificultades, incluso en la oscuridad. Lord Go
                  dalming me dice que duerma un rato; que es suficiente por el
                  momento que se quede uno de nosotros de guardia. Pero no
                  puedo dormir... ¿Cómo iba a poder hacerlo, con el terrible peli
                  gro que pesa sobre mi querida esposa y al pensar que se dirige
                  hacia ese maldito lugar…? Mi único consuelo es que estamos en
                  las manos de Dios. Lo malo es que, con esa fe, sería más fácil
                  morir que continuar viviendo, para terminar de una vez con todas
                  estas preocupaciones. El señor Morris y el doctor Seward salie
                  ron para hacer su enorme recorrido a caballo, antes de que no
                  sotros nos pusiéramos en marcha; deben mantenerse sobre la
                  orilla del río, a bastante distancia, sobre las tierras altas, como
                  para que puedan ver una buena extensión del río sin necesidad
                  de seguir sus meandros. Para las primeras etapas, llevan consi
                  go a dos hombres, para que conduzcan a sus caballos de re
                  fresco... Cuatro en total, con el fin de no despertar la curiosidad.
                  Cuando despidan a los hombres, lo cual sucederá bastante
                  pronto, deberán cuidar ellos mismos de los caballos. Es posible
                  que necesitemos unirnos todos y, en ese caso, todos podremos
                  montar en los caballos... Una de las sillas de montar tiene un
                  pomo móvil, que puede adaptarse para Mina, en caso necesario.
                         Hemos emprendido una aventura terrible. Aquí, mientras
                  avanzamos en medio de la oscuridad, sintiendo la frialdad del río
                  que parece levantarse para golpearnos, rodeados de todas las




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