Page 127 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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I U        M l í o s  Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA


     - Traducciones:
       G. Maspero, Contes populaires, cit., p. 196; -F. LI. Griffith, en C. D. War­
     ner, Specimen Pages, p. 5250; -A. Wiedemann, Altaegyptische Sagen, cit., p. 78;
     -A. Erman, Die Literatur, cit., p. 209 (trad. Blackman, p.  161); -H. P eter
     Blok,  Die  beide  Volksverhalen  van Papyrus Harris 500  verso,  Leiden,  1925
     (traducción en holandés, con comentario filológico); -T.  E.  Pe e t,  «The
     Foredoomed  Prince  (translation)»,  en JEA  11  (1925), p.  227  (y  cfr.
     p. 338); -G. Roeder, Altägypt. Erzählungen, cit., p. 102; -A. de Buck, Egypt.
     Verhalen, cit., p. 121.

     - Estudios y Comentarios:
       G.  Möller,  «Zur  datierung  literarischer  Handschriften»,  en  ZAS  56
     (1920), p. 42; -T. E. Peet, «The Foredoomed Prince (notices on recent pu­
     blications)», en JEA  11  (1925), p. 338; -W Spiegelberg, «Die Schlusszei­
     len der Erzählung vom verwunschenen Prinzen», en ZAS 64 (1929), p. 86  ;
     -M. Pieper, «Das Märchen von Wahrheit und Lüge», en ZAS 70 (1934),
     p. 92 (véase en particular pp. 95-97); -Das ägypt. Märchen, p. 41; -A. H e r ­
     m a n n ,  «Der Prinz, dem drei Geschicke drohen»,  en Mélanges Maspero,  I
     (El Cairo 1934), p. 313; -J. H o n t i, Notice sur le...Prince Predestiné, en Oriens
    Antiquus, Budapest 1945, p. 667.

                           TRADUCCIÓN
     Nacimiento del principe; su destino

        [4,1]   Se dice que había una vez un rey (de Egipto) al que no le había
     nacido un hijo varón8. [Entonces su Majestad V.P.S.] pidió a los dioses de
     su tiempo que le (concedieran) un hijo, y éstos ordenaron que le naciera
     uno. Se acostó pues aquella noche con su mujer y [ésta quedó] encinta. Y
     cuando hubo cumplido los meses del nacimiento, he aquí que nació un

     niño.  Entonces vinieron las  Hathors9para  fijarle un destino. Y dijeron:
     «Perecerá por el cocodrilo, o por la serpiente, o incluso por el perro». Las
     gentes  que  estaban  cerca  del  niño  escucharon  (estas  palabras)  y  se  las


       7 [N. del T.: Para una buena traducción al castellano, con estudio y comentario, cfr. J. M. Ga­
     lán, Cuatro Viajes en la Literatura del Antiguo Egipto, cap. Ill  (pp.  129 y ss.).j
       8 La traducción, palabra por palabra, parece que es: «En cuanto a él —se dice- (a saber) un
     rey (de Egipto), no se había puesto en el mundo para él un niño varón». Cfr. J. Cerny, en Anua­
     les i', des A. 41  (1942), p. 336.
       9 Hathor, diosa del cielo, desempeña también el papel destinado en los cuentos franceses a
     las hadas madrinas. En Orbiney, 9, 8-9, en la forma de siete diosas, «las siete Hathors», visitan a
     la mujer que Khnum ha creado para Bata, y le fijan su destino. Como en el presente cuento, el
     pronóstico emitido por las diosas es desgraciado: «morirá por la espada». Las siete Hathors es-
     tan representadas en un monumento en I-a Hava, reproducido v estudiado por Bissing y Blok
     en ZAS 61  (1926) p. 83.
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