Page 184 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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LAS AVENTURAS DE HORUS Y SETH                           193


       Entonces, mientras ella avanzaba bajo los árboles, observó y vio a los
     dioses de la Enéada que estaban sentados, comiendo pan, ante el Señor
     Universal  en  su pabellón.  Seth  miró  entonces y la vio,  aún  desde  lejos,
     acercándose  allí.  Inmediatamente  ella  recitó  un  encantamiento  con  su
     magia y se transformó /[6,5] en una joven hermosa de cuerpo53, (tal que)
     no había su igual en este país entero. Entonces él la deseó hasta el punto
     de estar muy enfermo. Y Seth se alzó (del sitio en que) estaba sentado co­
     miendo pan con la gran Enéada, y marchó para reunirse con ella, siendo
     así que nadie la había visto excepto él.  Después él se puso tras un sicó­
    moro y la llamó diciéndole: «¡Me gustaría estar contigo aquí, bella joven!».
    Pero ella le respondió: «¡Ciertamente, mi gran señor! Yo era la mujer de
    un pastor de ganado.  Le  di  un  hijo varón56.  Mi esposo  murió, y el pe­
    queño quedó a cargo del ganado37 que pertenecía a su padre. /[6,10] Pero
    llegó un extranjero, se sentó en mi establo y habló así, dirigiéndose a mi
    hijo: Te golpearé,  tomaré el ganado de tu padre y  te  arrojaré  fuera.  Así
    habló  él38.  Y  mi  deseo  es  conseguir  que  tú  te  conviertas  en  su  cam­
    peón39». Y  Seth le respondió:  «¿Es  que va a entregarse  el ganado al ex­
    tranjero siendo así que el hijo del padre de familia está aquí (vivo)?». En­
    tonces  Isis  se  metamorfoseó  en  un  milano,  emprendió  el  vuelo  y,
    colgándose en lo alto de un árbol, interpeló a Seth y le dijo: «Llora por ti
    mismo: es tu propia boca la que ha hablado, es tu capacidad /[7,1] la que
    te ha juzgado a ti mismo. ¿Qué más quieres?».
       Entonces él permaneció allí llorando, y después se dirigió al lugar en
    que  estaba  Pra-Harakhti  y lloró.  Y Pra-Harakhti  le  dijo:  «¿Qué  quieres
    ahora?».  Seth le respondió:  «Esta malvada mujer ha venido  a acosarme
    para hacerme  de  nuevo  una  jugarreta,  habiéndose  transformado en mi
    cara en una bella joven. Ella me ha dicho: “Yo era la mujer de un pastor
    de ganado. El murió. Yo le había dado un hijo varón, que (hoy) está a car­
    go /[7,5]  de algo del ganado que perteneció a su padre. Pero un extran­
    jero vino a mi establo junto con mi hijo, y yo le di pan. Después de mu­
    chos  días  tras  esto,  este  intruso  dijo  a  mi  hijo:  Yo  voy  a  golpearte,  y
    tomaré el ganado de tu padre, que pasará a mi propiedad. Así habló a mi
    hijo”. He aquí lo que ella me ha dicho». Entonces Pre-Harakhti dijo: «¿Y

                     ¡
       :o Comparar con  Wes car 5, 9  (véase más arriba, p.  98):  «veinte  mujeres  que  sean bellas de
    cuerpo», y también Orbiney 9, 7 (p.  159)  y  Verdad 4, 4 (p.  172).

       56Lit. «Yo le puse en el mundo a un hijo varón». Cfr. más arriba, p.  173, nota 33.
       1)7 Lit. «estuvo a su vez (hpr) tras (m -si- cfr. n. 51) el ganado de su padre». Seth entiende que
    el pequeño ha heredado de su padre la custodia y el cuidado del ganado. Pero Isis quiere decir
    que a su hijo Horus ha ido a parar la  función real que preteneció a Osiris, pues la palabra Üwt
    «ganado», «bestias», tiene como homófona a «función», «dignidad». Este juego de palabras pro­
    seguirá a lo largo de todo el diálogo entre Seth e Isis, así como en la relación hecha por Seth de
    este diálogo  (l.  7, 2-11).

       5HLit. «Así dijo él (hr.f'),  diciéndole  (hr d d  n.fj».  Igual  en 1.  7,7.  Fórmula análoga,  de uso
    frecuente en Orbiney. cfr. más arriba, p.  154, nota 15.
       y) Lit. «mi deseo es hacer que tú te conviertas para él en campeón».
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