Page 185 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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194       MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA


    qué le respondiste tú?». Y Seth le dijo: «Yo le he respondido: ¿Acaso va a
    darse el ganado al extranjero siendo así que el hijo del padre de  familia
    está aquí (vivo)?  /[7,10] Así le respondí yo. Se golpeará el rostro de este
    intruso con un bastón y se le arrojará fuera, y se pondrá a tu hijo en el lu­
    gar de  su  padre.  Así  le  dije  yo».  Entonces  Pre-Harakhti le  dijo:  «¡Pues
    bien!, mira, eres tú quién te has juzgado a ti mismo. ¿Qué más quieres?60».
    Y Seth le respondió: «Que se traiga a Anti el barquero, y que se le aplique
    un severo castigo, diciendo: ¿Por qué la has pasado? Así se le dirá».
       Y    And el barquero fue llevado ante la Enéada, y se le arrebató la par­
    te anterior de los pies61. Entonces  /[8,1]  Anti abjuró del oro,  hasta este
    día62, ante la gran Enéada, diciendo: «Que el oro sea (en adelante), por mi
    causa, un objeto de abominación para mi ciudad».

    La Enéada reconoce los derechos de Horus

       Después de esto, los dioses de la Enéada volvieron en barco a la ori­
    lla occidental y se sentaron en la montaña. Y (cuando llegó) el tiempo de
    la tarde, Pre-Harakhti y Atum, señor del Doble País, el Heliopolitano, en­
    viaron un mensaje a los dioses de la Enéada diciendo: «¿Que hacéis, pues,
    vosotros, vosotros  (los otros)  sentados allá? Y en cuanto a los dos jóve­
    nes, ¿es que vais a dejarles pasar su vida entera en el tribunal? En cuanto
    mi carta6j  os  llegue, habréis  de poner la  corona blanca en la cabeza de
    Horus, hijo de Isis, y vosotros lo nombraréis en el lugar de su padre /[8,5]
    Osiris».
       Entonces  Seth  se  enfadó  hasta  ponerse  muy  muy  enfermo.  Pero  la
    Enéada dijo a Seth:  «¿Por qué  te  enfadas? ¿No ha de actuarse  según lo
    que  ha  dicho  Atum,  señor del Doble  País,  el  Heliopolitano,  y  Pra-Ha-
    rakhti?». Y se  situó  la corona blanca  sobre la cabeza de Horus,  hijo de
    Isis. Entonces Seth lanzó un gran grito en la cara de la Enéada y protestó


       60 Pra llega a la misma conclusión que Isis y casi con las mismas palabras.
       (,]  Kl castigo consistía pues en quitar a Anti no la planta sino el extremo de los pies, es dc-
    cir  los  dedos,  que  posteriormente  son  reemplazados  por garras;  de  ahí  el  nombre  del  dios
    «Aquél que tiene garras»,  cnty.  Cfr.  } Spiegel, op.  laud., p. 44.
                           .
       62 Es  decir, que Anti mantuvo su juramento «hasta este día», y que el oro, el objeto de co­
    dicia y causa de  su desgracia, quedó proscrito en  su ciudad.  Esta ciudad  [U w-f(yt), capital del
    nomo 12o] también es llamada, en Edfu: «La Ciudad (o la Mansión) de Horus de Oro». ¿Habrá
    alguna relación entre este nombre y los propósitos de Anti, como se pregunta Gardiner en Ono­
    mástica,  II, p.  70?  [N. del T.:  Es posible.  Recordemos que una de las interpretaciones del título
    «Horus  de Oro», segundo en el protocolo faraónico, lo pone en relación con la victoria de  Ho­
    rus sobre  Seth de Ombos  (ciudad que se escribe con el  jeroglífico de «oro»). En todo caso en
    este nombre se suele insistir en el carácter de guerrero imbatible, «vencedor de sus enemigos»,
    del soberano, encarnación de Horus.]
       61 «Mi» carta: el singular se explica por el hecho de que Pre-Harakhti y Atum no son en rea­
    lidad más que dos denominaciones de un solo y único personaje, el dios solar, autor de la carta
    (cfr. notas  15 y 18).
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