Page 27 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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INTRODUCCIÓN                                             29


     ma padre del rey (Tutmosis  III)78.  En el cuento  del  Espectro,  el personaje
     más activo es un Primer Profeta de Amón79. En Apopiy Sekenenre, Amon­
     rasonter se  alza  frente al dios  extranjero Sutekh80. También  es Amonra­
     sonter el dios cuya barca va a ser reparada, en el reinado de Ramsés XI81.
     Pero con sorpresa constatamos que la Historia de Sinuhé, compuesta sin em­
     bargo bajo la dinastía XII, no cita más que una vez a Amón, bien es ver­
     dad que a la cabeza de una serie de divinidades, pero después de que Ra y
     Montu hayan sido invocados82. Por el contrario, Ra es mencionado al me­
     nos cuatro veces (el rey es un amado de Ra; él es la imagen de Ra; Ra di­
     funde su temor en todos los lugares)83. Como cosa curiosa, sucede también
     que Sinuhé se encomienda, de una forma vaga, a Dios. «El es el único, el re­
     galo de Dios», dice refiriéndose al rey, y, hablando de su enemigo: «¿Igno­
     ra Dios lo que le ha sido destinado?»; en otro pasaje, y con alguna vacila­
     ción, exclama: «¡Oh Dios, quienquiera que seas...»84. De igual forma es Ra,
     con exclusión de cualquier otra deidad, quién es tomado como testimonio
     y adorado por los dos jóvenes del cuento de El príncipe predestinado, en una
     ocasión bajo la advocación de Ra-Harakhti85. El Cuento de los dos hermanos no
     conoce otro dios que Pra y Pra-Harakhti86; en las fórmulas de juramento la
     divinidad que es invocada es anónima87. En cuanto a los numerosos dioses
     que se agitan en Horusy Seth, tienen como jefe al dios solar en sus diversas
     apelaciones de Pra, Pra-Harakhti, Atum y Khepri88; Amón jamás es men­
     cionado89. De la lectura de Sinuhé y de los tres cuentos citados en último lu­
     gar se extrae la impresión de que, al comienzo del Imperio Medio, Amón
     tuvo dificultades para sustituir a Ra, y que, hacia la dinastía XX, Ra hizo ol­
     vidar con frecuencia a Amón. ¿Quién lo dudaría leyendo las inscripciones
     oficiales?  Dos  narradores  sagaces,  conformándose  a  las  exigencias  de  la
     doctrina heliopolitana, identificaron, como acabamos de ver, a Amón con
     Ra bajo el nombre de Amonrasonter, «Amón-Ra-rey-de-los-dioses».






        78 Véase más abajo, pp.  139 y 141.
        79 Véase más abajo, p.  175.
        80 Véase más abajo, pp.  145-146.
        81 Véase más abajo, p. 204. El nombre de Amón parece figurar igualmente al final del cuen­
     to de  l  miad y Mentira, p.  174.
        82 Véase más abajo, p. 47.
        83 Véase más abajo, pp. 46-49.
        84 Véase más abajo, pp. 41  y 44.
        85 Véase más abajo, pp.  135 y 136.
        86 Véase más abajo, p.  157 nota 32 ; pp.  159 y 160.
        8  «Por Dios», pp. 163 y 164.
        88 Véase más abajo, p.  187, nota 15.
        89 Anotemos que, en la Princesa de Bakhtan, que es de baja época,  Amón-Ra y Ra-Harakhti
     son mencionados el uno tras el otro (p.  221).
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