Page 22 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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24 RELATOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA
«mito» que ha dado origen a este cuento no asiático, sino egipcio, si es
cierto que tras Anup y Bata se ocultan dos divinidades del nomo Cino-
politano y que los dos hermanos son una transposición al plano humano
de las figuras de Osiris y de Seth. Las conclusiones de G. Paris sobre el
C.ucnto del rey Rampsinitom no pueden tampoco ser todas mantenidas: exa
minando en detalle las numerosas variantes entonces conocidas de esta
leyenda, G. Paris estimaba que la versión egipcia, tal como nos la ha trans
mitido Heródoto, no se aproxima tanto como las otras versiones, orien
tales o europeas, al cuento arquetipo del cual creía haber reconstituido
sus grandes líneas; extraía como consecuencia que el ancestro de todos
estos relatos no era posiblemente originario de Egipto. «El autor desco
nocido, tal vez un εξηγητής μύθων de Babilonia, puede estar orgulloso de
su obra: popular desde muy pronto en Asia occidental y el Oriente de Eu
ropa41, traducida a un número incontable de lenguas, incorporada a uno
de los libros sagrados del budismo, inmortalizada por Heródoto, su fama
ha continuado sin debilitarse a lo largo de los siglos»42. Como la literatu
ra sirio-babilónica hasta ahora no nos ha proporcionado cuento alguno,
la hipótesis de G. Paris queda sin fundamento. Y antes que admitir, sin el
apoyo de pruebas, que el relato transmitido por los sacerdotes a Heró
doto en el siglo λ7tenía como origen un cuento babilonio, hemos de su
poner con más verosimilitud que este cuento es una versión, sin duda
adulterada, de un relato egipcio mucho más antiguo, remontando quizás
a las dinastías XIX y XX -la época dorada de los cuentos populares—43;
el cuento original no se conserva, pero el tema que desarrolla tuvo opor
tunidad de transmitirse a Europa y a Asia y de dar origen al ciclo, tan
abundante, conocido con el nombre de «ciclo del amo ladrón».
De forma general, no se comprende bien por qué es preciso buscar
en Caldea, o incluso en los viejos centros de civilización del mar Egeo o
de Asia Menor44, el origen de cuentos de los cuales es sencillo imaginar,
en ausencia de toda información positiva, que han nacido en el mismo
Egipto. Por otro lado, nadie puede dejar de reconocer que la forma lite
raria que en Egipto muestran estos temas «internacionales» es con mucho
la más antigua que ha llegado a nosotros.
9,- También las costumbres reflejadas en las novelas y cuentos son sin
4(1 Véase más arriba, p. 16 y nota 7, donde el cuento está resumido.
41 Incluso en Irlanda: cfr. M, Pieper, en ZAS 70 (1934), p. 93.
42 G. París, op. latid, p. 314,
43 Maspero ya mostró, por otra parte, que dos de los rasgos que especialmente habían sido
tomados de este cuento como indicativos de un origen extranjero (la piedra móvil y el guardian
barbudo) eran por el contrario perfectamente coherentes con los hábitos egipcios {Contespopu
laires, cit., p. XUl-XLIV).
44 No hablo de la India, aunque ha sido considerada largo tiempo como país de origen de
cuentos: es cierto que Benfey y sus discípulos no conocían los cuentos egipcios. También es ver
dad que antes de la época musulmana Egipto, en este campo, debió proporcionar a la India más
de lo que recibió de ella.