Page 90 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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94 MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA
pp. 41-43; - W. S p ie g e l b e r g , «Miszellen», en ZAS 64 (1929), p. 89; -M.
Pieper, Das ägypt. Märchen, cit., p. 15.3
[Las referencias especiales al pasaje 6, 7, a menudo comentadas, se
han indicado más abajo, nota 36].
TRADUCCIÓN
Primer cuento: Un prodigio bajo el reinado de Djeser
[1,12] [Entonces4 la Majestad] del rey Kheops, j. v. [dijo: «Que se
ofrezcan mil panes,] cien jarras de cerveza, un buey [y dos medidas de in
cienso al] rey Djeser, j. v., [y que se ofrezca un pastel,]/[l,15] un cántaro
[de cerveza], una porción de carne [y' una medida de incienso al jefe-lec-
tor5 X6, pues] he visto una muestra de su poder».
[Y se hizo] conforme a [todo aquello que su majestad] había mandado.
Segundo cuento: Un prodigio bajo el reinado de Nebka, o el cuento del mando engañado
Entonces el príncipe Khefrén7 se levantó [para hablar y dijo: «Voy a
poner en conocimiento de] tu [Majestad] un prodigio que aconteció en
tiempos de [tu] padre Nebka8, j. v., (un día en el que) se dirigía al templo
de [Ptah,/[1,20] señor de] Ankh-Taui (Menfis).
3 [N. del T.: Existe una página web específicamente dedicada al Papiro Westcar, incluyendo
el texto, transcripción, traducción al inglés, con comentarios. Cfr. http://www.ccei.ggl.ruu.nl/
texts/ael/westcar/index.html.]
4 Toda la parte del Ms. que precede a 1,12 ha desaparecido. El segundo y el tercer cuento
de Westcar terminan con una fórmula que, dejando aparte los nombres propios, es idéntica a la
fórmula final de este cuento. El rey Kheops, para expresar su satisfación, ordena que se haga
una ofrenda funeraria al rey bajo cuyo reinado sucedió el prodigio, y otra, menos importante,
para el jefe-lector autor del prodigio. En estas fórmulas la palabra sntr(lit. «resina de terebinto»)
la traducimos por «incienso». (Cfr. más arriba, p. 51 y nota 123).
3 La palabra «lector» traduce aproximadamente el egipcio hry-hb(t) «aquél que lleva el rollo
de papiro»: era un sacerdote que, sabiendo leer, y conocedor del contenido de los libros sagra
dos, dirigía las ceremonias religiosas y aseguraba su exacto cumplimiento. Pero su ciencia le per
mitía también penetrar el sentido de los libros mágicos e incluso experimentar por su cuenta las
fórmulas mágicas que encontraba, pudiendo ejecutar, como veremos, prodigios. El sacerdote-
lector era, pues, al mismo tiempo un mago y ocasionalmente un intérprete de sueños. [Cfr. la
nota de Van de Walle en Chronique d’Egypte, 18 (1943), p. 263]. En Westcar, el sacerdote-lector
(Ubaoné en el segundo cuento y Djadjaemankh en el tercero) es siempre calificado con el epí
teto hry~tp, «jefe» (jefe-lector), lo que lo sitúa por encima de los otros lectores, sus colegas.
6 [N. del T.: el ocasiones se ha propuesto identificar al protagonista del primer cuento con
servado con el célebre Imhotep, ministro de Djeser de reconocida memoria y glorioso recuer
do entre los egipcios de épocas posteriores].
7 Khefrén, hijo del rey Kheops, y su sucesor (cfr. Drioton y Vandier, L ’Egypte, p. 201-202),
que se hizo construir una pirámide en la meseta de Guizah, al lado de la de su padre.
8 «Padre» no debe entenderse aquí en sentido estricto: Nebka, de la dinastía III, sería más bien
un antepasado (un antepasado lejano) de Kheops, hijo de Snofru, el fundador de la dinastía IV.