Page 190 - Desde los ojos de un fantasma
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y un después en la historia de la música —anunció el fadista.


               —Bueno, viniendo de alguien tan respetado como usted, me parece que habría
               que darle una oportunidad a ese joven talento —anunció el ejecutivo suavizando
               un poco su actitud. Era claro que cada vez se interesaba más en el asunto.


               —Muy joven no es…


               —¡Pero eso qué más da! —la pequeña interrumpió el comentario que Juan Pablo
               comenzaba a formular—. Lo verdaderamente importante es que es un hombre
               muy apuesto y de una gran personalidad.


               —Bueno, basta de darle vueltas al asunto. ¿Dónde está ese gran artista? —
               preguntó el ejecutivo, presa de una gran curiosidad.


               —Querido, Míster Ex, esa estrella es usted.


               —¿Yo?


               —Usted y nadie más —respondió Sara con gran entusiasmo.


               —¡Están locos! —Exclamó Míster Ex Doble apretando de nuevo el martillo que
               aún escondía tras de sí.


               —Nada de eso; yo mismo he compuesto una canción pensada para usted.

               —Piénselo, Míster Ex Doble —agregó Sara—, el talento de un compositor como

               Juan Pablo unido a la elegancia de alguien como usted conformarían una
               mancuerna maravillosa.

               —¿De verdad lo creen? —preguntó el ejecutivo.


               —Como si lo estuviera viendo —respondió el fadista leyendo una imaginaria
               marquesina —Míster Ex Doble, la Voz del Sentimiento…


               —La Voz del Sentimiento… ¡qué bonito! —repitió el ejecutivo, dejándose llevar
               por la ensoñación de Juan Pablo y restándole fuerza a la mano que aún sujetaba
               el arma.


               —Si me quitara las esposas podría acompañarlo con la canción que acabamos de
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