Page 108 - Llaves a otros mundos
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—Sabía que vendrías —dijo Rocco.
Ana no supo responder porque ya estaba dentro de un círculo de dos metros de
diámetro.
Todos le sonreían, como esperando una declaración, como si fuera alguien
famosa. Pero su mente se quedó en blanco.
Del suelo nació una figura de arena, que se hizo enorme. Ana reconoció a aquel
gigante de Desercius que la había tratado tan mal cuando ella le pidió
información sobre el brujo. Pero ahora él la miraba con gran admiración. La
saludó de forma militar y exclamó:
—¡Excelentísima Señora Ana, el Ejército Unido de todas las Galaxias está a sus
órdenes para la protección de nuestros mundos y para la inminente victoria sobre
Bruno Rufián!