Page 58 - Llaves a otros mundos
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gran plan. Bruno quiere tener todos los mundos bajo su dominio. No me
preguntes por qué. Está actuando muy rápido: el Llavero tiene cada vez menos
llaves, y en consecuencia Bruno tiene cada vez más mundos en su poder.
»Hace poco descubrió que hay niveles de mundos y que cada uno es diferente,
más evolucionado que otro. Le interesa atacar los mundos más evolucionados,
pero son tantos que para cumplir su cometido le falta una estrategia. Resolvió
hacer lo que nadie, ni siquiera yo, había pensado: un mapa exhaustivo con las
características, el número y tipo de habitantes de cada mundo. Así llegaría a
conocer la posición de los mundos más poderosos para atacarlos primero.
»Para trazar el mapa envió a miles de esclavos a robarme llaves que les abrieran
las puertas de todos los mundos posibles. También se tardó mucho con ese
sistema porque unos esclavos a veces no regresaban. Entonces trató de dominar
voluntades. Y lo logró. Los esclavos hicieron lo que Bruno ordenaba, rápida y
eficazmente.
»Comenzó a recibir muchísima información. Sus bodegas estaban llenas y
ningún esclavo mago suyo podía memorizar tantos datos. Entonces uno de ellos
le comentó que en un mundo lleno de agua había unos aparatos que almacenaban
cantidades vastas de información.
—¡Ese es mi mundo! —dijo Ana—. Las computadoras guardan mucha
información en su memoria.
—Exactamente —contestó Rocco—. Así que Bruno mandó traer una de esas
computadoras y a un ingeniero programador, al que no le costó mucho trabajo
hipnotizar, para hacer el programa que tienes y vaciarlo con los millones de
datos que acumulaba.
»Todo esto lo sé porque Bruno no se escapaba de tener paredes con orejas,
¿entiendes? Lo último que supe es que estaba furioso porque el mapa y la
bitácora con toda esa información ha desaparecido de su vista y de su dominio.
Lo que no sabía, y me lo acabas de decir, es que ya sabe que tú tienes el mapa y
que se dispone a destruir tu mundo. Entonces la cosa está peor de lo que
imaginaba. Pronto conseguirá llevar a cabo su gran plan.
Ana por fin visualizó, con gran claridad, la destrucción que amenazaba el mundo
que conocía, la vida que había disfrutado durante once años, y la gente, los
animales y el medio ambiente con los que convivía. Sintió el enorme sufrimiento