Page 60 - Llaves a otros mundos
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—Veo que estás cansada, así que te recomiendo ir a Nákar. Ese mundo está lleno

               de camas riquísimas, y siempre hay un vaso de leche servido para que uno lo
               beba. Siempre puedes desear regresar ahí y te acogerá como un abrazo.

               »Cuando te recuperes, usa a Trece con un único deseo en tu corazón: ver a

               Bruno. Posiblemente tengas que pasar por tres o cuatro mundos antes de llegar a
               él, así que sé paciente y cuidadosa.

               —¿Cómo reconoceré a Bruno? —preguntó Ana.


               —Probablemente él te reconozca primero. En cualquier caso, no te quedará
               ninguna duda —contestó Rocco—. Ahora vete a descansar y ten mucho cuidado.
               Estaré cerca de ti, lo prometo. Si te pasa algo malo, ten por seguro que te

               ayudaré.

               Ana le dio un abrazo apretado como despedida. Después se inclinó hacia el
               suelo, insertó la llave en la puerta de madera hinchada y la giró. Cayó en medio

               de una cama de Nákar, y se durmió inmediatamente.
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