Page 48 - El valle de los Cocuyos
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El niño lo miró con ojos interrogantes y Silbo Brumoso le contó que el árbol que
solo posee una hoja crece cerca de las cascadas de las montañas y da ese fruto
delicioso que brota de sus ramas desnudas cada dos días, al amanecer.
Jerónimo tomó un pan, lo saboreó con deleite y dijo que su gusto era igual al de
las ricas tortas de maíz que hacía Anastasia. El invisible Pajarero tomó también
un pan que Jerónimo y el cuidandero vieron desaparecer en la nada.
Se sentaron a comer en la hierba y no se levantaron hasta que la canasta quedó
vacía.