Page 98 - Un abuelo inesperado
P. 98

y ha hundido su cabeza en mi pecho. No fui capaz de abrir la boca. «Tú no lo

               conocías», me ha dicho entre hipidos...





               En aquellas hojas parecía estar toda la vida de mi abuelo. Yo no podía parar de
               leer. Las historias me tenían hipnotizado. Había de todo: momentos tristes,
               alegres, absurdos... Mientras leía, escuchaba la voz de mi abuelo en mi cabeza
               contándome todo aquello.






               Le pedí a Irene que se casase conmigo un sábado por la noche. En la puerta de
               su casa. Me arrodillé y todo, como en las películas. Se me manchó la rodilla del
               pantalón. No me importó. Saqué del bolsillo un anillo. Le dije: «Si me dices que
               sí, me haces el hombre más feliz del mundo. Piénsatelo, mujer, es por una buena
               causa, ya sabes que yo triste no valgo nada...».
   93   94   95   96   97   98   99   100   101   102   103