Page 86 - El sol de los venados
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Mamá lo recibió con mucho cariño y le preguntó por su mamá.






               –Mamá está más tranquila porque la abuela se va a quedar a vivir con nosotros –
               dijo Ismael con una voz que me pareció distinta.






               –Hola, Jana.






               –Hola.





               –Deja la plancha si quieres, Jana –me dijo mamá.






               –No, no, señora, no puedo demorarme. Sólo he venido a saludar a Jana y a
               preguntarle si usted la dejaría ir con nosotros mañana a la finca.






               Miré a mamá suplicante.






               –Por mí no hay problema. Ismael, pero tengo que consultarlo con mi esposo.
               Cuando él venga, mandaré a Jana con la respuesta.






               Ismael se fue y yo me comí las uñas hasta que papá llegó y dio su aprobación.





               Ismael vino a buscarme al día siguiente muy temprano. La mamá de Ismael me
               pareció más delgada y ojerosa, y su voz tenía un dejo triste. Sin embargo, cuando
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