Page 81 - Sentido contrario en la selva

—¿Pues?

—Pues… —lo que seguía era todo un pensamiento larguísimo y enredado, con
muchos sentidos contrarios sobre decir la verdad y decir mentiras. Quería decirle
a Ricardo la verdad y quería salvarme de ser quien delataba a alguien que

parecía que era un amigo. También es cierto que recordé la mirada de Pedro
antes de irse, al mencionar a los espías y sentí que era una amenaza. ¿Cómo
decir y no convertirme en cobarde? Sobre todo cuando estoy a punto de besar yo
a Claudia en cuanto se preste el momento.

—Pues… no, no he notado nada —contestó el que besaría próximamente.

La mirada de Ricardo era extraña, como si confirmara algo que ya pensaba. Pero

ya se acercaba Claudia y me escapé feliz a contestar las preguntas de alguien
más. “Alguien más” me propuso que nos alejáramos y nos sentáramos al pie de
una ceiba que tenía el tronco plateado.