Page 83 - Sentido contrario en la selva
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Donde se puede ver que uno se puede perder tanto en

               las decisiones como en los senderos de la selva…







               ME SENTÉ FRENTE A CLAUDIA, con las piernas cruzadas, la cara entre las
               manos, y de pronto, por esas cosas que no sé bien cómo funcionan en la cabeza
               tuve el recuerdo clarísimo de estar en la misma posición en casa de mi abuela,
               tratando de resolver el misterio de la desaparición de mi padre. Dicen que no me
               moví en toda la tarde, pensando, dándole vuelta a los pedazos de información
               que tenía, a las palabras que había pescado al vuelo en boca de mi madre y de mi
               abuela, a las explicaciones que me daban que eran siempre insuficientes. De eso
               me acordé ahí frente a Claudia, cuando no venía al caso, cuando estábamos ahí
               para contar aventuras, para disfrutar de habernos encontrado, ah, no, ahí estaba
               yo con cara de nudo porque me acordaba de ese tiempo terrible en el que yo me
               peleaba por entender cómo un padre puede dejar a su hijo. Claudia debe haber
               visto algo raro en mi cara.


               —¿Qué pasa, Nicolás? —dijo extendiendo su mano.


               La tomé de la mano y poco a poco fui regresando de aquel recuerdo hasta darme
               cuenta de la tierra, del tronco de la ceiba, de la mano de Claudia, más chica que
               la mía, de los ojos de Claudia, más negros que la primera noche en la selva.


               —¿Qué pasa? —insistió—. Te fuiste lejísimos.


               —Sí —reconocí— …y pensé que lo más lejos que había venido era hasta aquí.


               —Me cuentas lo del jaguar y lo de ese viaje a territorios lejanos que acabas de
               hacer —ordenó Claudia.


               Ahí me puse a recordar todo el trayecto de esos días en la selva, la aparición de
               C´ayum, el sueño y finalmente el encuentro con el jaguar. Lo que ocurrió fue que
               ahí donde a mí se me olvidaba algo, o donde tenía confusión de cómo habían
               ocurrido las cosas, Claudia preguntaba con tal precisión como si ella hubiera
               estado ahí.
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