Page 77 - La desaparición de la abuela
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EL Jora dio la voz de alarma al estar seguro de que la señal tenía que ver con la
desaparición de Rodrigo. Ordenó a sus lugartenientes que se llamara de
inmediato a todos los líderes y lideresas, así como a los jefes, a la caverna
secreta. Acto seguido, se subió al metro para llegar lo antes posible a avisar a
Fermín.
Desde Milpa Alta la noticia corrió por la ciudad en un santiamén. Los niños de la
calle entraron en estado de emergencia dispuestos a esperar órdenes tras la
reunión convocada. Cuando Fermín escuchó la noticia, tampoco tuvo dudas de
que se trataba de un mensaje de Rodrigo, así que ambos corrieron a avisarles a
los Quijano.
La familia, que se encontraba descorazonada tras los últimos acontecimientos,
escuchó a los amigos de Rodrigo sin entender qué era eso de la señal, qué era esa
luz en el cielo, quiénes eran los líderes...
—Bueno, señor, no importa que no entienda. ¡Tienen que acompañarnos todos
ustedes...ahora! —ordenó Fermín.
Carlos y Maribel opinaron que era mejor llamar a la policía...
—¡Y no se les vaya a ocurrir llamar a la policía porque no van a ayudarnos y va
a ser peor...! ¡Vámonos, por favor...! —apremió el Jora, echando a andar.
—¡Vámonos, Carlos! —gritó Mariana alterada—. ¡Después llamarás a la policía
si quieres... pero ahora hay que hacerles caso a estos niños...!
Cuando Rómulo Niente llegó a la casa de los Quijano con sus mejores hombres,
y se encontró con que no había nadie, se comunicó con su jefe temblando de
miedo. Conrado Mustaquio, al enterarse, enfureció aún más y gritó:
—¡Pues a ver cómo le haces, pero tienes que encontrarlos de inmediato!