Page 74 - La desaparición de la abuela
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casarse en cuanto terminara de estudiar la carrera de Economía y Finanzas. Sus
padres optaron por regresar a su lugar de origen, pero él tomó la decisión de
quedarse: hubiera sido demasiado cobarde de su parte abandonar a su novia y a
sus amigos para proteger su vida. En poco tiempo, Conrado se vio envuelto en el
caos de la guerra y, sin tomar partido por ninguno de los bandos en conflicto, se
dedicó a ayudar en lo que se necesitara.
Una mañana, una poderosa bomba cayó en el mercado de Sarajevo, cuando
muchas personas se encontraban en él. Su novia, a la que adoraba, perdió la vida,
lo mismo que uno de sus mejores amigos y el pequeño hijo de éste.
Conrado Mustaquio enloqueció, primero de dolor, y luego de rabia e impotencia.
Ante el cuerpo del amor de su vida y de su amigo, que había cubierto el cuerpo
de su hijo inútilmente, juró que tomaría en sus manos el control del planeta. Por
desgracia, juró también algo terrible: que no quería volver a ver el dolor de un
niño en toda su vida, es decir, los niños que sufrían no deberían existir.
Gracias a sus conocimientos financieros y a que hablaba varios idiomas, pudo
fraguar un plan. Cuando lo tuvo claro en su mente, puso manos a la obra.
Primero, hizo creer a sus padres que había muerto, de ahí que usara un nombre
falso, y, después, logró despojar a varios hombres ricos de sus enormes fortunas.
Posteriormente, buscó un lugar en el que pudiera concretar su estrategia. Eligió
la ciudad de México, pues era la metrópoli más grande del mundo y, en ella, su
proyecto podría pasar inadvertido.
Cuando se hizo dueño de una muy buena cantidad en dólares, compró un terreno
de miles de hectáreas al sur de la ciudad y construyó un mundo aparentemente
maravilloso: el Paraíso.
¿Para qué y por qué lo construyó? Su locura lo llevó a identificar a todos los
hombres y mujeres buenos de la tierra ¡y a secuestrarlos! ¿El objetivo? Proteger
a como diera lugar a la gente buena y dejar al planeta sin luchadores de causas
nobles, sin líderes, para que todos los demás no tuvieran buenos ejemplos y se
destruyeran entre sí.
Conrado estaba seguro de que la tierra sería aniquilada en pocos años por
quienes no entendían la importancia de las cosas valiosas: la vida, la alegría, la
paz, el amor, la inteligencia humana, el agua, los árboles, los animales, el aire,
los libros, las familias, los niños felices...