Page 39 - La niña del vestido antiguo y otras historias pavorosas
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—No le gusta mostrar nada que no se haya publicado. Dice que le da mala
suerte.
—Y eso que yo he leído todos sus libros. Todos. Las trece novelas, los seis libros
de cuentos y su . Incluso lo que publicó en su provincia, cuando nadie lo
conocía.
—¿Dónde conseguiste esos libros?
—Para que veas.
—Eres casi un fanático.
—Todo un fanático. ¿Por qué crees que me moría por venir a tu casa? Es la cosa
más emocionante que podría vivir.
—No lo creo. Él es un hombre común y corriente. De lejos puede parecerte muy
interesante, pero de cerca no es nada del otro mundo, créeme. Acabarías
aburriéndote si lo oyeras.
—¿Cómo puedes decir eso? ¿No lo admiras?
—Sí, pero antes que escritor, es mi padre. O será que así estoy acostumbrado.
¿Quieres papitas?
—Bueno.
—¿Con queso, con cebolla, con jalapeño, con chipotle, naturales, ?
—¡Ah, tienes de todas!
—Las que pidas. Hay más que en el supermercado.
—Con queso.
—¿Y qué refresco te gusta?
—Sangría.
—Obvio.