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Bases del comportamiento deportivo.
Tema 1 – Características motrices, psicológicas, afectivas y sociales de las personas
TEMA 1. CARACTERÍSTICAS MOTRICES, PSICOLÓGICAS, AFECTIVAS Y SOCIALES DE LAS PERSONAS
1.- DESARROLLO EN LA INICIACIÓN DEPORTIVA: Diversidad y efectos positivos
Un gran porcentaje de la población practica, han practicado o participa en eventos y actividades deportivas. Una gran mayoría de esta población está formada por niños o jóvenes que son atraídos a este mundo por deportistas de los medios de comunicación o por su entorno familiar más cercano. Este hecho se repite día tras día en nuestra sociedad, sin embargo es importante que seamos conscientes que el significado que da al deporte un niño no es el mismo que el significado que le dan a la misma actividad deportiva sus padres o entrenadores. Aún así, estos adultos que van a guiar las primeras experiencias deportivas están transmitiendo continuamente su filosofía deportiva al pequeño deportista, así como valores y conductas que el niño aprenderá y usará en su día a día. De ahí, la necesidad de que padres y entrenadores generen un entorno deportivo que favorezca el aprendizaje y el desarrollo individual en valores y conductas positivas.
La iniciación deportiva en los niños puede ayudar a la adquisición de valores higiénicos y saludables que se mantengan a lo largo de toda la vida, favorecer el fair play, el compañerismo, la lealtad, la competición sana, etc.; así como potenciar habilidades que mejoren su autoconcepto (cómo se ven ellos mismos, sus limitaciones y fortalezas), la autoestima, el esfuerzo... No olvidemos, que los niños también deben poco a poco ir adquiriendo mayores habilidades motrices. El deporte puede apoyar dicho desarrollo y ayudar a que los deportistas vayan conociendo su propio cuerpo. Además, también puede detectar problemas psicomotrices que permiten adaptar actividades físicas a las necesidades de cada niño y así paliar o subsanar futuras complicaciones. No obstante, que la iniciación deportiva aporte todas estas ventajas a nuestros hijos va a depender de los adultos responsables de las mismas, principalmente padres, entrenadores y grupos de iguales (compañeros). Con esto quiero decir que el deporte por sí mismo no “educa” en valores y conductas positivas, serán los adultos responsables de dichas actividades los que con sus planificaciones y sobre todo con su valor de ejemplo transmitirán experiencias positivas o negativas para el desarrollo de los niños.
Dicho proceso de iniciación deportiva debe hacerse de forma paulatina y acorde con las posibilidades y necesidades de los individuos. Generalmente comenzamos con prácticas simplificadas y polivalentes, para ir poco a poco aumentando la complejidad. Asimismo, es recomendable que los niños no se especialicen con demasiado premura, en principio es recomendable probar con actividades físicas y deportes de diferentes tipos, por ejemplo deportes individuales (atletismo, natación, etc.), deportes de adversario (judo, tenis, etc.), deportes de equipo (baloncesto, balonmano, etc.), y posteriormente irse centrando en aquellos que más en común tienen con las posibilidades físicas y gustos del deportista.
Podemos decir que la iniciación deportiva debe caracterizarse por: