Page 118 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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         en  China  la legitimidad  de  la revolución  contra  la tiranía
         estaba  claramente  definida  en  la filosofía  clásica  nativa,  en
         Japón  el postulado  del pensamiento  político  sintoísta  con-
         sideraba  que  las clases  gobernantes  eran  racialmente  supe-
         riores  al campesinado  y que,  en  consecuencia,  sus  privile-
         gios sobre  el pueblo  llano  eran  inviolables.
            En este  aspecto,  los escritos  de Yagyu Munenori  se  dis-
         tinguen  por  el predominio  de la moralidad  budista  sobre
         los  conceptos  autoritarios  basados  en  la lealtad  personal,
         que  el  bushido  elaboró  a  partir  de  una  combinación  del
         Estado  sintoísta  y confuciano.  Aunque Yagyu Munenon  era
         uno  de los maestros  del sogún,  su  maestro  zen,  Takuan,  no
         ahorraba  sus  críticas  y advertencias  sobre  los peligros  de su
         situación.  A su  vez,  Yagyu  mostraba  su  espíritu  zen  en  su
         actitud  crítica  respecto  a la estructura  y práctica del gobier-
         no.  Su  fundamento  moral  para  la acción  militar  no  era  la
         obediencia  a  la autoridad  temporal,  como  lo era  normal-
         mente  para  los guerreros  samuráis.  Á pesar  de su  situación
         en  el contexto  de las relaciones  jerárquicas  personales  carac-
         terísticas  de los gobiernos  militares,  o  quizá a causa  de ella,
       -  el manifiesto  ético  de Yagyu  se  rige por ideas  objetivas:

                 Existen  personas  traidoras  que  rodean  a los gobernan-
              tes, y que  pretenden  ser  justos en  presencia  de sus  superio-
              res,  pero  que  tienen  una  mirada  feroz  cuando  observan  a
              sus  subordinados.  A menos  que  estas  personas  sean  sobor-
              nadas, ellas presentan  lo bueno  como  malo; así sufre el ino-
              cente,  mientras  el culpable  se  regocija.  Prever  cuándo  puede
              suceder  esto  es  más  urgente  que  advertir  una  conspiración
              encubierta.
                  Un  país es  tal  como  el que  lo rige;  un  pueblo  es  tal
              como  el que  lo gobierna.  Los  que  sirven  directamente  al
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