Page 130 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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126          EL ARTE  JAPONÉS  DE  LA GUERRA

              vencer  a las personas  fisicamente;  y cuando  tu  mente  se  ha
              imbuido  de  esta  ciencia,  también  puedes  vencerlas  men-
              talmente.
                 Una  vez  que  has  llegado  a este  punto,  ¿cómo  podrías
              perder ante  los demás?
                 De la misma  manera,  en  el sentido  más amplio del arte
              de  la  guerra,  sales  victorioso  cuando  encuentras  buenas
              personas,  cuando  empleas  a mucha  gente,  cuando  te  com-
              portas  correctamente,  cuando  gobiernas  naciones,  cuando
              enseñas  a progresar  a otros,  y también  cuando  cumples  con
              los usos  sociales.
                 En  cualquier  circunstancia  de la vida,  lo que  te  ayuda
              a saber  cómo  evitar  perder con  los demás,  cómo  salvarte  a
              ti mismo  y conservar  tu  honor,  es  la ciencia  del  arte  de la
              guerra.


            Aun  reconociendo  las  aplicaciones  universales  del  arte
         del  guerrero,  como  guerrero  y estratega  que  era,  Musashi
         se  centró  primordialmente  en  las  formas  más  extremas  y
         agudas  de conflictos  y en  su  resolución.  Sus principios  fun-
         damentales  provienen  más  de El arte  de la guerra,  que  del
         budismo  zen.  En  el «Pergamino  de agua»  del  Libro  de los
        -  cinco  anillos,  Musashi  describe  las  posiciones  clásicas  de
         equilibrio  del guerrero,  que  también  son  reglas para  dirigir
         ejércitos.

                 Aunque  estés  en  calma,  tu  mente  no  está  en  calma;
              aunque  tengas  prisa, tu  mente  no  tiene  prisa. La mente  no
              es  arrastrada  por el cuerpo,  ni el cuerpo  por la mente.  Pon
              atención  a tu mente,  no  a tu cuerpo.  No dejes que en aqué-
              lla  exista  exceso  ni  insuficiencia.  Aunque  seas  aparente-
              mente  de corazón  débil,  sé por  dentro  de corazón  fuerte,
              y no  dejes que  otros  penetren  en  tu  mente.
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