Page 22 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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18 EL ARTE JAPONÉS DE LA GUERRA
Casi a finales del siglo xIn, los gobernantes mongoles
de China hicieron dos intentos para invadir Japón.
Olvidando momentáneamente sus permanentes disputas
sobre sus propios feudos militares, los guerreros japoneses
rechazaron una de las flotas de invasores. La otra flota fue
destruida por una tormenta, a la cual se atribuyó haber sido
un camicace, o «viento divino», que se cree que protege la
tierra sagrada de Japón. Estos acontecimientos dejaron una
huella profunda en las mentes de los samuráis, pero tam-
bién perturbaron el orden militar. Al igual que en el anti-
guo Japón tribal, en el Japón feudal la recompensa tradi-
cional de la victoria en la guerra era la tierra conquistada;
pero la derrota de los mongoles no trajo consigo ningún
nuevo territorio con el que recompensar los servicios de los
guerreros japoneses.
El descontento resultante exacerbó las fricciones inhe-
rentes al sistema militar feudal, y llevó finalmente al derro-
camiento de la dinastía reinante de los sogunes en el siglo
XIV. Fue reemplazada por un nuevo sogunado, establecido
en Kioto, la capital imperial, por otro nuevo clan de samu-
ráis y sus aliados. Aunque nunca fue tan poderoso política
y militarmente como el primero, el nuevo sogunado fue
más lejos que sus predecesores en el mecenazgo del budis-
mo zen y de las artes asociadas al zen. A petición de uno de
los principales maestros zen, el sogún de Kioto también
renovó sus contactos con China.
No obstante, la fragmentación política de la época con-
tinuó alimentando el conflicto entre los distintos feudos. La
debilidad de los señores feudales y las ambiciones de los
vasallos encendían continuas guerras entre las distintas
jerarquías de samuráis. El último tercio del siglo XV y la