Page 296 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
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292 ALEJANDRO SE CASA CON ROXANA
Si esta observación es cierta, ello querrá decir que Alejandro intentó im
plantar en el país oxiano el mismo sistema de marcas del imperio que, como
veremos, aplicó con gran extensión en la India; según esto, la Sogdiana conver-
tiríase en la marca transoxiana bajo el mando de ün rey vasallo; esta marca y
las ciudades helénicas libres fundadas hasta llegar a las márgenes del Tanais, y tras
ellas la gran satrapía de la Bactriana, que abarcaba también el territorio densa
mente poblado de la Márgiana, cubrían la frontera del imperio vuelta hacia las
hordas nómadas del desierto, los grandes caminos que llevaban al Hecatómpilo,
a la Alejandría de Aria, el que iba a la India pasando por el Cáucaso índico y la
ruta comercial hacia las tierras altas de Asia a través de la Ferghana. Esto explica
por qué Alejandro no quiso incorporar a su imperio las tierras de la Ferghana, la
Ecocanda de hoy; se contentó con ocupar y mantener en su posición el paso de
Jodchent y con él la llave de aquella región; un territorio más de avanzada
no habría hecho sino debilitar la marca septentrional de su imperio y la fuerza
de sus posiciones defensivas.
A LEJA N D RO SE CASA CON ROXANA. E L IM PER IO Y LA CORTE DE A LEJA N D RO
Dos años habían transcurrido desde que Alejandro penetrara en estos países
y acometiera una empresa que, cuantas mayores dificultades había presentado y
superado, de un modo más completo parecía triunfar. Esta empresa había costado
no pocos esfuerzos y fatigas, medidas sangrientas, nuevas y nuevas luchas contra
las masas sublevadas y contra la tenaz resistencia de los señores, encastillados
en las fortalezas de sus montañas. Por fin, la población había quedado pacificada,
los cabecillas del país habían sido castigados y sus ciudadelas destruidas, otorgán
dose el perdón a quienes, al final, habían considerado oportuno someterse. Un
número considerable de ciudades nuevas eran otros tantos hogares de vida helé
nica, daban fuerza, apoyo y ejemplo a este género de vida, para la que se trataba
de ganar a todo el país. La coronación de todo esto fué el matrimonio de Alejan
dro con la bellísima hija de uno de aquellos pehlevanes sogdianos, celebrado
ahora, pues aunque el móvil inmediato de esta unión fuese el afecto personal,
no cabe duda de que este matrimonio constituyó también una medida de alta
política, un símbolo y un ejemplo, por decirlo así, de la fusión del Asia con
Europa, en la que Alejandro veía la consecuencia lógica de sus triunfos y la condi
ción de su perdurabilidad, la meta hacia la que tendía y que intentó alcanzar
con una serie de medidas cada vez más amplias,
Claro está que este designio y su realización cada vez más extensa implicaban
necesidades de gran importancia. Dada la naturaleza de los elementos que se
trataba de combinar y de fundir, era natural que predominase, por eí momento,
el elemento asiático, el más arisco, el más retraído y, al mismo tiempo, el más
fuerte, por el gran peso que le daba la masa; para atraérselo, era indispensable
que las concepciones, los prejuicios y los hábitos de los pueblos orientales diesen
la pauta bajo la cual, si el poder occidental no se contentaba simplemente con