Page 137 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  I


          das y los dos caminos que desde afuera de la muralla lleva­
          ban al  puerto 3  los trunca hincando en  ellos enormes  vigas
          muy aguzadas.           5  Una vez realizados tales preparativos,
          ordena  que  sus  soldados  se  embarquen  en  silencio  en  los
          navios,  a  tiempo  que  coloca  en  las  murallas  y  en  las  to-
          rretas,  situándolos  a  largos intervalos,  a ciertos  elementos
          escogidos  entre  los  voluntarios,  los  arqueros  y los  honde­
           ros, 4     6  disponiendo  que  éstos  se  retiren  a  cierta  señal,
           cuando  todos  los  soldados  se  hubiesen  embarcado  en  los
           navios,  dejando para aquéllos,  en un  lugar apropiado,  em­
          barcaciones  de  ligero  calado. 6


              XXVIII.          1  Los  brundisinos,  inducidos  por los  agra­
           vios  que  les  habían  inferido  los  soldados  pompeyanos  y
           por  los  ultrajes  del  mismo  Pompeyo,1  apoyaban  a  César,
           2  Y así, una vez descubierta la fuga de Pompeyo, y cuando
           las  tropas  de  éste  se  entregaban  en  tropel  a  la  retirada,
           por tocias partes  dieron  la  alarma  desde  los  techos.  Reve­
           lado el  movimiento gracias a  ellos,  César  ordena  preparar
           escalas  y  que  sus  soldados  se  armen,  a  fin  de  no  dejar
           escapar  aquella  oportunidad  de  entrar  en  acción.                3  Al
           caer  la  noche,  Pompeyo leva anclas.  Los hombres  que per­
           manecían  de  guardia  en  las  murallas  se  retiran  a  la  señal
           convenida  y  se  lanzan  hacia  las  navecillas por  rutas  pre­
           viamente  establecidas. 2          4  Los  soldados  de  César,  colo­
           cadas las escalas, suben a las murallas, pero, advertidos por
           los  brundisinos  de que  deben  precaverse  de  la  trampa  di­
           simulada  y  de  los  fosos,  se  reagrupan  y,  conducidos  por
           aquéllos  a  través  de  un  largo  rodeo,  llegan  al  puerto  y
           atrapan,  mediante  esquifes  y  chalupas,3  dos  barcos  con
           sus  tropas  y,  atrapados,  los  incautan. 4


              XXIX.         1  Bien  que  César  estimara  del  todo  conve­
           niente  al  propósito  de  concluir  aquel  conflicto  el  hacerse
           a  la  mar  concentrando  una  flota  y  el  seguir  a  Pompeyo
           antes  de  que  éste  se  hiciese  fuerte  gracias  al  apoyo  que
           pudiera  encontrar  del  otro  lado  del  mar,1  no  obstante,
           temía  también  la  demora  y  larga  duración  de  tal  medida


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