Page 153 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  I


          habían  atravesado  el  puente  más  cercano, 4  seguidas  del
          equipaje  y  de  toda  la  fuerza  montada,  de  improviso,  a
           causa  del  ímpetu  del  viento  y  de  una  creciente  de  agua,
           el puente se rompe, y una buena parte de los  jinetes queda
           segregada de su unidad.            4  Conocido lo cual por Petreyo
           y  Afranio,  a  causa  del  cascajo  y  del  maderamen5  arras­
           trados por el río, Afranio  en el acto, a través de un puente
           suyo  que  quedaba  inmediato  a  la  ciudad  y  a  su  campa­
           mento,  hace  pasar  cuatro  legiones  y  toda  su  caballería  y
           las  enfrenta  a  las  dos  legiones  fabianas.                5  Avisado
           de  su  aproximación  Lucio  Planeo, 6  que  estaba  al  fren­
           te  de las legiones, constreñido  por la necesidad,  se apodera
           de  una  altura  y  dispone  su  ejército  seccionándolo  en  dos
           frentes,  a  fin  de  que  no  pudiese  ser  copado  por  la  caba­
          llería  enemiga.         6  Entablado  así  el  combate,  resiste,
           pese  a  la  desigualdad  numérica,  los  tremendos  asaltos  de
           las  legiones  y  de  la  caballería  contrarias.             7  Trabada
           la  batalla  entre  los  jinetes,  son  apercibidas  a  lo  lejos,  por
           ambos  contendientes,  las  enseñas  de  las  dos  legiones  que
           Cayo  Fabio  había  enviado  por  el  puente  más  distante  a
           efecto  de  apoyar  a  los  nuestros,  sospechando  que  habría
           de  acontecer  lo  sucedido,  o  sea  que  los  comandantes  del
           enemigo  procurarían  aprovechar  la  coyuntura  y  el  favor
           de  la  Fortuna 7  para  acosar  a  los  nuestros.  Gracias a  la
           llegada de dichas  fuerzas  el  combate se  dirime y  cada cual
           concentra  sus  tropas  en  su campamento.


              XLI.        1  Dos  días  después  César,  con  novecientos ca­
           balleros  que  se  había  reservado  como  escolta,1  llega  al
           campamento.  El  puente  que  había  sido  derrumbado  por

           la  tempestad  estaba  siendo  reconstruido  apenas,  y  él  lo
           hizo  terminar  durante  la  noche.              2  Él  mismo,  después
           de inspeccionar  la disposición  del terreno,  dej ó seis  cohor­
           tes  para la  salvaguarda  del  puente  y  del  campamento,  así
           como  de toda la impedimenta, y al  día siguiente, con todas
           las  fuerzas  de  que  disponía,  ordenando  su  conjunto  en
           tres  columnas, 2  avanza  sobre  Ilerda,  se  detiene  al  pie3


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