Page 283 - Guerra civil
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Libro  tercero



          I.     1  Presidiendo César los comicios 1  en  su carácter de
          dictador,2  fueron designados cónsules Julio César y Publio
          Servilio;  s  era  ése  el  año  en  que,  en  efecto,  le estaba per­
          mitido a aquél por las leyes el ser electo cónsul.4  2  Hecho
          lo  cual,  como  el  crédito,  en  toda  Italia,  pasaba  por  una
          crisis5  y  no  se  pagaban  las  deudas,  dispuso6  que  se
          designaran árbitros 7  para que hicieran la evaluación de los
          bienes muebles e inmuebles,  calculando  que  cada  uno  tenía
          antes  de  la  guerra  y,  de  acuerdo  con  ellos,  les  fuesen
          adjudicados a los acreedores.              3  Estimó esto excelentísi­
          mo para  borrar  o  disminuir  el temor a las nuevas  tarifas 8
          que  traen  aparejado casi  siempre  las  guerras  y  las  luchas
          civiles,  así  como para proteger la reputación de los deudo­
          res. 9     4  De  igual  manera,  mediante  proyectos  de  ley
          propuestos al pueblo por pretores y tribunos de la plebe,10
          algunas personas  condenadas  por  la ley  Pompeia  de  Am ­
          bitu 11  —en  los  tiempos  en  que  Pompeyo  disponía  de
          guarniciones  legionarias en  la  capital  y  en  que  unos  eran
          los  jueces  instructores y  otros  los que sentenciaban,  éstos
          y  aquéllos  en  un  mismo  día— 12  quedaron  restituidas  en
          sus  anteriores  derechos;  18  dichas  personas,  desde  el  co­
          mienzo  de la guerra civil,  se  habían ofrecido  a  César  para
          la lucha, por lo que éste las consideraba como si  se hubieran
          puesto  a  su  absoluta  disposición y  como si  se hubiera ser­
          vido de ellas.        5  Pero estas gentes debían  ser rehabilita­
          das por  juicio popular 14  antes  que por un favor personal,
          y  César  deseaba,  por  una  parte  no  parecer  ingrato  al  no
          otorgar  tal  gracia,  y  por  otra  no  comportarse  arrogante
          sustituyéndose en un  favor  que debía  proceder dd pueblo.
             II.         1  César  consagra once días a  realizar lo que  que­
          da  dicho,  así  como las  ferias  latinas 1  y  los  demás  comi­
          cios; 2  luego,  renuncia  a  la  dictadura, 8  sale  de la  capital
          y llega a Brundisio. 4          2  Había ordenado que  se concen-



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