Page 83 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN
traran trabajo en los múltiples talleres de pequeña industria
que él organizó en Roma, o en las obras públicas que
emprendió en Italia: calzadas, puertos, drenaje de panta
nos, etcétera, o empleándose como pastores de ganado, a
cuyos propietarios César impuso que al menos una tercera
parte de sus trabajadores fuesen libres y asalariados. Abun
daban las clientelas perezosas y las espórtulas electorales.
César trabajaba para la masa, pero quería, en cambio, que
la masa mereciera su bienestar y trabajara para el Estado.
Jamás el pueblo romano había sido objeto de un interés tan
acucioso, pero tampoco de un puño tan firme, y esta dis
ciplina se extendía ahora hasta la Cisalpina.
La plebe toleró su yugo, porque vio a los grandes,
sus antiguos dueños, sometidos también como ella. En
efecto, César realiza su reforma judicial de 46. En su
Lex de Judiciis, arrebata a una pequeña minoría de hom
bres, siempre los mismos, el ejercicio del poder judicial, y el
orden ecuestre concurre desde entonces, regularmente, a
la formación de los jurados, echando las bases para que la
clase ecuestre se confunda censitariamente con la senato
rial. Confunde en una sola capa a los optimates, senatores
y equites, y rebaja así la soberbia del senado, contra la
cual había luchado toda su vida. César pugnó, asimismo,
contra los privilegios de la fortuna. La avidez de riquezas:
he allí la gran desgracia de la época, he ahí el enemigo
del cual debía cuidarse la juventud. Por eso pulverizó la
propiedad inmueble de los patres e impuso un control a
la economía de los publicanos del orden ecuestre, sobre
todo remplazando el diezmo en especie de Sicilia y Asia
por una contribución en dinero, despojando así, a las socie
dades vectigales del más grueso y menos equitativo de
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