Page 78 - Anónimo. - Leabhar Ghabhala - Libro de las invasiones [1988]
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y Alma Gnetoth, hija de Neimhedh,  etc. Treinta mil en
         el mar,  y  el mismo número  en  la tierra  eran las  fuerzas
         de los  Hijos  de Neimhedh que fueron hacia aquella he­
         catombe, junto  con  extranjeros, desperdicios y  gentuza,
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          ue llevaron para aumentar su fuerza contra la opresión
          e los fomores.
           54.  Después de que llegaron a la playa de Toirinis se
         Í >usieron a construir barracas y cabañas en los bordes de
         a bahía. Entonces decidieron en el consejo enviar a Alma
         Onetoth a entrevistarse con Conainn, para pedir una tre­
         gua de tres años en el pago de los impuestos. Alma par­
         tió  hacia  la  fortaleza  ae  Conainn.  Cuando  Conainn  es­
         cuchó  sus  palabras,  se  enfureció  con  el  enviado  militar,
         por lo que éste no obtuvo nada positivo de su viaje. Vol­
         vió  con  su  gente  y  les  transmitió  las  palabras  del  jefe.
         Abatidos  quedaron  al  escucharle,  y  aconsejaron  a Alma
         que volviera otra vez para pedir una tregua de un año  a
         Conainn y mostrarle su pobreza y necesidad, comproba­
         do  con  testigos  la  imposibilidad  de  lograr  en  aquel  año
         los  pesados  impuestos,  y  que  esto  le  sería  entregado  en
         su totalidad después del tiempo pactado. Ellos le dijeron,
         además, que a menos que aceptara el acuerdo, se enfren­
         tarían en oatalla con él; puesto que preferían caer juntos
        en  un  lugar,  hombres,  mujeres,  niños  y  niñas,  a  seguir
        por más tiempo  bajo la desgracia que les afligía.
           55.  Alma fue  a ver a  Conainn  y le  dijo las palabras
        de los Hijos de Neimhedh en su presencia. «Ellos obten­
        drán la gracia», dijo Conainn,  «con la condición de que
        ellos no se separen ni desaparezcan hasta finalizar el año»,
        de esta forma yo y los fomores los tendremos a todos en
        un lugar, para su destrucción, a menos que paguen los im­
        puestos en su totalidad al finalizar la gracia».
          56.  Alma retornó con su gente y les contó lo sucedi­
        do. Ellos entonces acordaron llamar a sus hermanos pri­
        mitivos  de  Grecia,  para  pedirles  ayuda  con  un  ejército
        contra  los  fomores.  Puesto  que  Relbeo,  hija  del  rey  de
        Grecia, era madre de los dos niños de Neimhedh, Fergus

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