Page 13 - El proyecto y la metodologia de la investigacion
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CAPÍTULO I. EL CAMINO HACIA LA CIENCIA
Vivir es aprender. Aprender es investigar.
Dime cómo vives y te diré cómo investigas.
INTRODUCCIÓN
Allí dónde hay vida, hay aprendizaje. Y si hay aprendizaje, hay inteligencia y por lo tanto creación
y progresos en cualquier sentido posible.
Aprender es ampliar el horizonte vital. El aprendizaje ocurre como consecuencia de dificultades o proble-
mas en las condiciones en que le toca vivir a aquel que aprende. Esta situación obliga a tener que resolver
estos problemas y lleva, en consecuencia, a aprender. La superación de esos problemas transforma al pro-
pio sujeto que aprende. Eso es lo que nos muestra la teoría evolutiva: en la garras del león está contenida
la anatomía de las presas de las que se alimenta y en su modo de andar la fisonomía del suelo en que
habita. De algún modo, que el cuerpo ha aprendido a adaptarse a las condiciones en que le toca vivir.
Cada especie animal puede ser concebida como una estrategia que evolucionó exitosamente y
pudo adaptarse a su medio. Lo que significa que encontró algún modo adecuado (o respuesta perti-
nente) a las exigencias que ese medio le planteaba.
Los seres vivientes suelen aprender a partir de una estrategia basada en la selección natural, posibilita-
da por las mutaciones y la variabilidad genética: en ella el “ensayo y el error” se hace a escala de vida
o muerte (del individuo o de la especie). También la mayor parte (aunque no toda) de la transmisión de
lo aprendido por la especie se hace a escala biológica. Es decir, que lo que un ser viviente necesita saber
para sobrevivir en su medio lo recibe por transmisión bio-genética, lo “trae de fábrica” (aunque, por
supuesto, algunas especies, especialmente aquellas llamadas “sociales” requieren también de aprendi-
zajes transmitidos por otros congéneres, generalmente por vía de la imitación).
En cambio, lo que los seres humanos necesitamos saber para vivir como tales (y no sólo como seres
vivientes) lo aprendemos por socio-genésis. Es decir, necesitamos de otros seres humanos para aprender-
lo. Y, además, esos aprendizajes ocurren en muy diversos medios –ya no naturales, sino institucionales
(como por ejemplo, la familia o la escuela)- y por muy diversas vías –el cuerpo, el lenguaje, la escritura,
etc. Nos hacemos humanos participando en experiencias sociales que tienen lugar en esos entornos
institucionales. Tenemos mayor plasticidad que cualquier otra especie para aprender y por lo tanto es
mayor nuestra predisposición a equivocarnos.
Ya no es nuestra anatomía la que deja ver la naturaleza de nuestro alimento o nuestro hábitat,
sino que son los instrumentos técnicos y simbólicos (como el lenguaje, o el arte) y nuestras instituciones las que lo
muestran. Es a través de ellas que se forjan nuestra subjetividad, nuestros conocimientos, nuestras representaciones
verdaderamente humanas.
El camino hacia la ciencia 11