Page 89 - La Constitución de los atenienses
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INTRODUCCIÓN
La aurora francesa dio un paso impórtame en la dirección
correcta, pero se detuvo a medio camino. No son sólo los
imperativos del género los que permiten explicar una obra,
sino una serie de factores, como el emisor y receptor, el con
texto histórico, político y cultural, el caso [causa] y sus cir
cunstancias, y de manera fundamental el telos del discurso.
En realidad, el género está subordinado al fin del discurso.
De la misma manera, los diferentes elementos de una obra
(el estilo, el orden, las ideas, las metáforas, la dicción, los
ademanes, etcétera) están en función del fin.
A pesar de las semejanzas, ambos textos tienen poco que ver
entre sí, pues los anima un propósito diferente dentro de la pro
pia actividad propagandística. El discurso de Pericles tiene
como destinatarios a las masas democráticas; el del Anónimo, a
un grupo de partidarios oligárquicos. Por ello, en uno la Asam
blea incluye a todos, sin distinciones de grupo; en el otro, en
cambio, la sociedad aparece fraccionada en mayoría, minoría;
participantes, abstencionistas; pueblo, nobleza; pobres, ricos
(cf. Talamo 1998). Además, los autores — si en algo influye el
pobre autor— y las circunstancias específicas en ambos casos
son muy diferentes: el Anónimo escribe para el momento en
que vive, no para las generaciones posteriores; el discurso de
Pericles, aunque dirigido al evento específico del rito fúnebre
del Estado, mira hacia la posteridad, Ú elogio de Atenas y de la
democracia. Estos aspectos discursivos deben tomarse en consi
deración también en relación con las demás obras con las que
vincula Leduc el texto del Anónimo.
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