Page 94 - La Constitución de los atenienses
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INTRODUCCIÓN



             ros  domiciliados  en Atenas,  que  no  se  distinguen  ni  por la

             ropa  ni  por  el  aspecto  del  ciudadano  común  y  corriente

             (10),  quien,  por  causa  del  dinero  (porque  necesita  la  renta

            del esclavo),  se ha convertido en esclavo de los  siervos  (11).

             Lo anterior explica que se haya dado  a esclavos y  metecos la
            igualdad de palabra (12). Este apartado se vincula al anterior

            por el tema de la facultad de hablar, pero el autor recurre a la

            áuxesis,  y  se  desvía  de  la  facultad  deliberativa  tratada  en  la

            parte anterior, al derecho de hablar en general.

                Dirige ahora su atención a lo que el pueblo ha hecho con

            los  privilegios  de los nobles.  En primer lugar,  ha terminado

            con quienes hacen gimnasia y practican la música, y en cam­
            bio  deja que  los  ricos  continúen  pagando los  coros  para las

            representaciones  teatrales,  la preparación  de  los  atletas  para

            las  festividades  públicas y el  pago  de  los  trirremes,  pues  los

            ricos  pagan  y  los  pobres  reciben  dinero  por  cantar,  correr,

            bailar y navegar, y no se preocupan de que se  imparta justi­

            cia sino de su propio beneficio  (13).

                En el siguiente apartado aborda el trato  que el demos da a

            los aliados. A los ricos los sojuzga y los arruina y a los mise­

            rables  los  engrandece,  porque  si  aquéllos  — los  ricos  y  no­
            bles—  tuvieran  fuerza acabarían  con la democracia  (14),  de

            modo que les  deja sólo lo  indispensable para vivir y no po­

            der conspirar contra el régimen  (15).  Obtienen  así una do­

            ble ventaja:  el dinero y la seguridad.

                Asimismo,  los  miembros  de  la  democracia  obligan  a  los

            ciudadanos ricos de las ciudades aliadas a dirimir sus conflic­



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