Page 205 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
P. 205

Durante la era de Piscis, el pez fue el símbolo de lo divino y la divinidad solar

  alimentó  a  la  multitud  con  dos  pececillos.  En  el  frontispicio  de  Ancient  Faiths
  Embodied in Ancient Names de Inman se puede ver a la diosa Isis con un pez en la

  cabeza:  además,  el  Dios  Redentor  de  India,  Christna,  en  una  de  sus  encarnaciones

  salió de la boca de un pez.

       No solo se alude a menudo a Jesús como el «pescador de hombres», sino que,
  como señala John P. Lundy, «la palabra “pez” es una abreviación de todo su título:

  Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador y cruz; o, como dice san Agustín: “Si unimos las
  iniciales  de  las  cinco  palabras  griegas,  Ἰησοῦς  Χριστος  Θεου  Υιὸσ  Σωτήρ,  que

  significan Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador, obtenemos ΙΧΘΥΣ, ‘pez’, una palabra
  que, desde un punto de vista místico, representa a Cristo, que pudo vivir en el abismo

  de esta mortalidad como en la profundidad de las aguas, es decir, sin pecado”».                                     [45]
  Muchos cristianos guardan el viernes, el día consagrado a la Virgen (Venus), y ese día

  comen pescado, en lugar de carne. El signo del pez fue uno de los primeros símbolos

  del cristianismo y, cuando se dibujaba en la arena, informaba a un cristiano que había
  cerca otra persona de la misma fe.

       Llaman  a  Acuario  «el  signo  del  aguador»  o  del  hombre  que  lleva  sobre  los

  hombros un cántaro con agua, como se menciona en el Nuevo Testamento. Algunas
  veces aparece como una figura angelical, supuestamente andrógina, vertiendo agua de

  un recipiente o llevándolo sobre los hombros. Entre los pueblos orientales, a menudo

  solo se usa el recipiente con agua. Edward Upham, en The History and Doctrine of

  Budhism, describe a Acuario con estas palabras: «Tiene forma de vasija y un color
  entre  azul  y  amarillo;  este  signo  es  la  única  casa  de  Saturno».  Cuando  Herschel

  descubrió  el  planeta  Urano  (que  a  veces  recibe  el  nombre  de  su  descubridor),  la

  segunda mitad del signo de Acuario se adjudicó a aquel nuevo miembro de la familia

  planetaria. El agua que sale del recipiente de Acuario, que recibe el nombre de «las
  aguas de la vida eterna», aparece muchas veces en el simbolismo y lo mismo ocurre

  con todos los signos. Por consiguiente, el sol, en su camino, controla todas las formas

  de culto que el hombre ofrece a la divinidad suprema.
       Existen  dos  sistemas  diferenciados  de  filosofía  astrológica.  Uno  de  ellos,  el

  ptolemaico, es geocéntrico: la tierra se considera el centro del sistema solar y en tomo

  a  ella  giran  el  sol,  la  luna  y  los  planetas.  Desde  un  punto  de  vista  astronómico,  el
  sistema geocéntrico es incorrecto, pero, durante miles de años, había demostrado su

  exactitud  cuando  se  aplicaba  a  la  naturaleza  material  de  las  cosas  terrestres.  De  un

  análisis  meticuloso  de  los  escritos  de  los  grandes  ocultistas  y  del  estudio  de  sus

  diagramas se desprende que muchos de ellos conocían otra manera de disponer los
   200   201   202   203   204   205   206   207   208   209   210