Page 203 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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astrónomos modernos se basan en ellos para hacer sus cálculos. Por consiguiente, se

  dice  que  el  equinoccio  vernal  se  produce  en  la  constelación  de  Aries  (el  carnero).
  Resulta adecuado que, de todos los animales, el carnero ocupe el lugar a la cabeza del

  rebaño  celestial  que  forma  la  banda  zodiacal.  Los  paganos  ya  reverenciaban  esta

  constelación siglos antes de la era cristiana. Godfrey Higgins afirma lo siguiente: «A
  esta constelación la llamaban “el Cordero de Dios” y también el “Salvador” y decían
  que salvaría a la humanidad de sus pecados. Siempre le hacían el honor de dirigirse a

  él con el apelativo de Dominus o “Señor”. Lo llamaban “el Cordero de Dios que quita
  los pecados del mundo” y los devotos, cuando se dirigían a él en su letanía, repetían
  constantemente las palabras: “Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo ten
  piedad de nosotros y danos tu paz”». Por consiguiente, “Cordero de Dios” es un título

  que se da al sol, que, según dicen, renace todos los años en el hemisferio norte bajo el

  signo del carnero, aunque, debido a la discrepancia actual entre los signos del Zodiaco

  y los grupos de estrellas, en realidad sale en el signo de Piscis.
       Se considera que el solsticio de verano ocurre en Cáncer (el cangrejo); los egipcios

  lo  llamaban  «el  escarabajo»,  un  insecto  de  la  familia  Lamellicornes,  situada  a  la

  cabeza del reino de los insectos, y lo consideraban sagrado, como símbolo de la vida
  eterna.  Resulta  evidente  que  la  constelación  del  cangrejo  está  representada  por  esta

  criatura peculiar, porque el sol, después de pasar por su casa, empieza a caminar hacia

  atrás o a descender por el arco zodiacal. Cáncer es el símbolo de la generación, porque

  es la casa de la Luna, la gran madre de todas las cosas y patrona de las fuerzas vitales
  de la Naturaleza. A Diana, la diosa de la luna de los griegos la llaman «la madre del

  mundo».  Con  respecto  al  culto  del  principio  femenino  o  maternal,  Richard  Payne

  Knight  escribe  lo  siguiente:  «Como  atraía  o  levantaba  las  aguas  del  océano,
  naturalmente  parecía  que  era  la  soberana  de  la  humedad  y,  como  aparentemente
  ejercía  tanta  influencia  en  la  constitución  de  las  mujeres,  asimismo  parecía  ser  la

  patrona  y  la  reguladora  de  la  nutrición  y  la  generación  pasiva,  porque  se  dice  que
  recibió  a  sus  ninfas,  o  personificaciones  subordinadas,  del  océano;  a  menudo  se
  representa con el símbolo del cangrejo marino, un animal que tiene la propiedad de
  separar espontáneamente de su propio cuerpo cualquier extremidad que se haya hecho

  daño  o  mutilado  y  reproducir  otra  en  su  lugar».                   [43]   Este  signo  de  agua,  al  ser
  simbólico del principio maternal de la Naturaleza y reconocido por los paganos como

  el origen de toda la vida, siempre se consideraba la morada natural de la luna.

       El equinoccio otoñal se produce, aparentemente, en la constelación de Libra (la

  balanza). Cuando la balanza se inclinaba, el globo solar comenzaba su peregrinación
  hacia  la  morada  del  invierno.  La  constelación  de  la  balanza  estaba  situada  en  el

  Zodiaco como símbolo de la capacidad de elegir, que permite al hombre comparar un

  problema con otro. Hace millones de años, cuando la raza humana estaba en ciernes,
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