Page 404 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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pilares fálicos de los gemelos celestes. «Los Diez Mandamientos —escribe Hargrave
Jennings— están inscritos en dos grupos de cinco cada uno, en forma columnar. Los
cinco que están a la derecha (mirando desde el altar) significan la Ley; los cinco que
están a la izquierda significan los Profetas. La piedra de la derecha es masculina y la
de la izquierda, femenina. Corresponden a los dos pilares (o torres) de piedra
separados que hay delante de todas las catedrales y de todos los templos de las épocas
paganas». [98] El mismo autor afirma que la Ley es masculina, porque procede
directamente de la divinidad, mientras que los Profetas, o los Evangelios, eran
femeninos, porque nacieron a través de la naturaleza humana.
La tabla de la ley derecha simboliza también a Jachin, el pilar blanco de la luz, y la
izquierda, a Boaz, el pilar sombrío de la oscuridad. Así se llamaban los dos pilares de
bronce situados en el porche del templo del rey Salomón. Tenían dieciocho codos de
altura y estaban decorados con hermosas coronas de cadenas, redes y granadas. En lo
alto de cada pilar había un gran cuenco —en la actualidad dicen, erróneamente, que
era una bola o un globo—: es probable que uno de ellos tuviera fuego y el otro, agua.
El globo celeste —al principio era el cuenco que contenía fuego— que coronaba la
columna de la derecha (Jachin) era el símbolo del hombre divino; el globo terrestre (el
cuenco de agua) que coronaba la columna de la izquierda (Boaz) era el símbolo del
hombre terrenal. Estos dos pilares connotan también, respectivamente, la expresión
activa y la pasiva de la energía divina, el sol y la luna, el azufre y la sal, el bien y el
mal, la luz y la oscuridad. Entre ellos está la puerta que conduce a la Casa de Dios y, al
encontrarse a la entrada del santuario, son un recordatorio de que Jehová es una
divinidad tanto andrógina como antropomorfa. Como dos columnas paralelas,
denotan los signos zodiacales de Cáncer y Capricornio, que antiguamente se ponían en
la cámara de iniciación para representar el nacimiento y la muerte: los extremos de la
vida física. Por consiguiente, representan el solsticio de verano y el de invierno, que
los masones conocen actualmente con la denominación relativamente moderna de «los
dos san Juan».
En el misterioso árbol sefirótico de los judíos, estos dos pilares representan la
misericordia y el rigor. Estas columnas que se alzaban delante de la entrada del templo
del rey Salomón tenían la misma importancia simbólica que los obeliscos que había
delante de los santuarios en Egipto. Según su interpretación cabalística, los nombres
de los dos pilares significan: «en la fortaleza se establecerá Mi Casa».
En el esplendor de la iluminación mental y espiritual, el Sumo Sacerdote se situaba
entre los dos pilares como testigo mudo de la virtud perfecta del equilibrio: ese punto