Page 637 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Hungría y Bohemia y emperador de Alemania, transmutó en oro unas cantidades de
estaño. Sumergió en aquella sustancia misteriosa, entre otras cosas una medalla de
plata grande. La parte de la medalla que entró en contacto con la sustancia se
transmutó en la calidad más pura del metal más precioso, mientras que el resto siguió
siendo plata. Con respecto a la medalla, el doctor Hartmann escribe lo siguiente:
La prueba más incuestionable —suponiendo que las apariencias puedan
probar algo— de la posibilidad de transmutar metales de baja ley en oro puede
verla quienquiera que visite Viena: se trata de una medalla que se conserva en
la cámara del tesoro imperial, de la cual dicen que, aunque originariamente era
de plata, fue transformada parcialmente en oro por medios alquímicos por el
mismo Wenzel Seiler, que después fue nombrado caballero por el emperador
Leopoldo I y que recibió el título de Wenceslao, caballero de Reinburg. [180]
Por falta de espacio, no haremos un análisis extenso de los alquimistas. Un breve
esbozo de la vida de cuatro de ellos bastará para demostrar los principios generales en
los cuales basaban su trabajo, el método por el cual obtuvieron sus conocimientos y el
uso que hicieron de él. Los cuatro fueron grandes maestros de esta ciencia secreta y la
historia de sus andanzas y sus esfuerzos, registrada por su propia pluma y por los
discípulos contemporáneos del arte hermético, resulta tan fascinante como una novela.
Paracelso de Hohenheim
El más famoso de los filósofos alquímicos y herméticos fue Philippus Aureolus
Theophrastus Bombastus von Hohenheim. Este hombre, que se hacía llamar
Paracelso, declaró que llegaría un momento en que todos los médicos de Europa se
apartarían de las demás escuelas, se volverían hacia él y lo venerarían por encima de
cualquier otro médico. Se acepta como su fecha de nacimiento el 17 de diciembre de
1493. Fue hijo único. Tanto a su padre como a su madre les gustaban la medicina y la
química. Su padre era médico y su madre, la directora de un hospital. Cuando era
muy joven, Paracelso mostró gran interés por los escritos de Isaac el Holandés y
decidió reformar la ciencia médica de su tiempo.
Cuando tenía veinte años emprendió una serie de viajes que se prolongaron
durante doce años. Visitó numerosos países europeos e incluso Rusia. Es posible que
se internara en Asia. En Constantinopla, los adeptos árabes le inculcaron el gran