Page 899 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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iluminados del mundo con estos productos atrofiados y distorsionados del «realismo»
de este siglo? En todo el mundo, los hombres y las mujeres oprimidos por los
sistemas culturales desalmados del presente piden a gritos el regreso de la época
desterrada de la belleza y la ilustración, de algo práctico en el sentido más elevado del
término. Unos pocos empiezan a darse cuenta de que la llamada civilización en su
forma actual está en su punto de fuga, que la frialdad, lo despiadado, el comercialismo
y la eficacia material no son prácticos y que lo único que vale realmente la pena es lo
que brinda la oportunidad de expresar amor e idealismo. Todo el mundo busca la
felicidad, pero nadie sabe dónde buscarla. Los hombres deben aprender que la
felicidad corona la búsqueda de conocimiento del alma. Solo en la realización de la
infinita bondad y la infinita consecución se puede garantizar la paz interior. A pesar
del egocentrismo humano, hay algo en la mente del hombre que quiere llegar a la
filosofía; no a este o a aquel código filosófico, sino simplemente a la filosofía en su
sentido más amplio y completo.
Tienen que resurgir las grandes instituciones filosóficas del pasado, porque son las
únicas que pueden rasgar el velo que separa el mundo de las causas del de los efectos.
Solo los Misterios —aquellas escuelas sagradas de sabiduría— pueden revelar a una
humanidad luchadora un universo más grande y más glorioso que es el verdadero
hogar del ser espiritual llamado hombre. La filosofía moderna ha fracasado, porque
para ella el pensamiento no es más que un proceso intelectual. El pensamiento
materialista es un código de vida tan desesperado como el propio comercialismo. La
capacidad de pensar certeramente es lo que redime a la humanidad. Los redentores
mitológicos e históricos de todos los tiempos fueron personificaciones de dicha
capacidad. Quien tiene un poco más de racionalidad que su prójimo está mejor que
este. Al que actúa en un plano más elevado de racionalidad que el resto del mundo lo
llaman el pensador más grande. Al que actúa en un plano inferior lo consideran
bárbaro. Por consiguiente, el desarrollo racional relativo es el verdadero indicador del
estado evolutivo del individuo.
En síntesis, la verdadera finalidad de la filosofía antigua era descubrir un método
que permitiera acelerar la evolución de la naturaleza racional, para no tener que
esperar los procesos naturales que son más lentos. Aquella fuente suprema de poder,
aquella obtención de conocimiento, aquel despliegue del dios interior queda oculto
bajo la afirmación epigramática de la vida filosófica. Aquella era la clave de la Gran
Obra, el misterio de la piedra filosofal, porque significaba que se había conseguido la
transmutación alquímica. Por consiguiente, la filosofía antigua era, en primer lugar, la
forma de vivir la vida: en segundo lugar, un método intelectual. El único que puede