Page 368 - Dune
P. 368

—¡Muéstrame mis apartamentos, Harah! —dijo—. Discutiremos tu juventud en
           otra ocasión.
               Ella retrocedió dos pasos, dirigiendo una aterrada mirada a Stilgar.

               —Tiene la voz extraña —balbuceó.
               —Stilgar —dijo Paul—, el padre de Chani puso pesadas obligaciones sobre mí. Si
           hay algo…

               —Será decidido en consejo —dijo Stilgar—. Podrás hablar entonces. —Inclinó la
           cabeza, despidiéndole, y se volvió, alejándose con el resto de su gente.
               Paul  tocó  el  brazo  de  Harah,  sintiendo  que  su  piel  era  fría,  notando  como

           temblaba.
               —No te haré ningún daño, Harah —dijo—. Muéstrame nuestros apartamentos —
           y suavizó su voz con una nota relajante.

               —¿No me rechazarás cuando haya transcurrido el año? —dijo ella—. Sé que no
           soy tan joven como era antes.

               —Mientras yo viva, tendrás un lugar conmigo —dijo él. Soltó su brazo—. Ahora,
           vamos, ¿dónde están nuestros apartamentos?
               Ella se volvió, conduciéndole a lo largo de un corredor, girando a la derecha en un
           amplio  túnel  iluminado  a  intervalos  regulares  por  globos  que  ponían  reflejos

           amarillos a las rocas. El suelo de piedra era liso, sin el menor rastro de arena.
               Paul se adelantó hasta colocarse a su lado, estudiando el aquilino perfil a medida

           que andaban.
               —¿No me odias, Harah?
               —¿Por qué tendría que odiarte?
               Saludó con una inclinación de cabeza a un grupo de niños que les observaban

           desde un corredor lateral. Paul entrevió algunos adultos tras los niños, semiocultos
           por cortinajes de tela poco tupida.

               —Yo… vencí a Jamis.
               —Stilgar ha dicho que la ceremonia tuvo lugar y que tú eras un amigo de Jamis.
           —Le dirigió una breve ojeada—. Stilgar ha dicho que le diste humedad al muerto.
           ¿Es cierto?

               —Sí.
               —Es más de lo que yo haría… de lo que podría hacer.

               —¿No lloras?
               —Cuando sea el tiempo de llorar, lloraré.
               Pasaron  una  arcada.  Paul  vio,  en  una  amplia  cámara  vivamente  iluminada,  a

           hombres  y  mujeres  afanándose  alrededor  de  algunas  máquinas  montadas  sobre
           plataformas. Había un ritmo febril en ellos.
               —¿Qué están haciendo aquí? —preguntó Paul.

               Ella miró hacia allá mientras pasaban debajo de la arcada.




                                        www.lectulandia.com - Página 368
   363   364   365   366   367   368   369   370   371   372   373