Page 474 - Dune
P. 474

La interpenetración no fue tan tierna, tan completa, tan absoluta como lo había
           sido  con  Alia  y  con  la  Vieja  Reverenda  Madre  de  la  caverna…  pero  fue  una
           interpenetración:  un  compartir  absoluto  de  todo  el  ser.  Jessica  se  sintió  sacudida,

           debilitada, y se replegó sobre sí misma en su mente, temerosa de su hijo.
               —¿Has  hablado  de  un  lugar  donde  no  puedes  entrar?  —dijo  él  en  voz  alta—.
           Quiero ver este lugar que la Reverenda Madre no puede afrontar.

               Ella  agitó  la  cabeza,  aterrorizada  por  el  empuje  de  los  pensamientos  que  la
           asaltaban.
               —¡Muéstramelo!

               —¡No!
               Pero  no  podía  escapar.  Subyugada  por  su  terrible  fuerza,  cerró  los  ojos  y  se
           concentró en sí misma en la dirección-donde-todo-es-tinieblas.

               La consciencia de Paul la envolvió, penetró con ella en la profunda oscuridad.
           Jessica  entrevió  vagamente  el  lugar,  antes  de  que  su  mente  huyera  vencida  por  el

           terror.  Sin  saber  por  qué,  todo  su  cuerpo  temblaba  por  aquello  que  apenas  había
           entrevisto…  una  región  azotada  por  el  viento,  donde  danzaban  chispas
           incandescentes, donde pulsaban anillos de luz y largas hileras de tumescentes formas
           blancas fluían en torno a las luces, empujadas por las tinieblas y por el viento que

           venía de ninguna parte.
               Abrió los ojos, viendo que Paul continuaba mirándola. Seguía estrechando aún su

           mano, pero la terrible unión había cesado. Dominó su temblor. Paul soltó su mano.
           Fue como si se hubieran roto los hilos que la sustentaban. Caviló, y hubiera caído si
           Chani no hubiera corrido a sostenerla.
               —¡Reverenda Madre! —dijo Chani—. ¿Qué ocurre?

               —Cansada —murmuró Jessica—. Muy… cansada.
               —Aquí  —dijo  Chani—.  Siéntate  aquí.  —Ayudó  a  Jessica  hasta  un  almohadón

           junto a la pared.
               El contacto de aquellos jóvenes y fuertes brazos hicieron bien a Jessica. Se aferró
           a Chani.
               —¿Ha visto realmente con el Agua de Vida? —preguntó Chani. Se soltó de las

           manos de Jessica.
               —Ha visto —susurró Jessica. Su mente estaba aún alterada por el contacto. Era

           como si acabara de alcanzar nuevamente la tierra firme después de pasar semanas en
           un mar tempestuoso. Sintió a la vieja Reverenda Madre dentro de ella… y a todas las
           demás, que se habían despertado y preguntaban: ¿Qué ha sido? ¿qué ha ocurrido?

           ¿Dónde estaba ese lugar?
               Pero  sobre  todos  los  demás  la  dominaba  el  pensamiento  de  que  su  hijo  era  el
           Kwisatz Haderach, aquel que podía estar en muchos lugares al mismo tiempo. Era el

           sueño Bene Gesserit convertido en realidad. Y aquella realidad no le proporcionaba




                                        www.lectulandia.com - Página 474
   469   470   471   472   473   474   475   476   477   478   479