Page 469 - Dune
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devueltos sin su agua. Rabban ha disminuido incluso las cargas en algunos de los
poblados del sink. Pero ya es demasiado tarde. La gente sabe que lo hace porque nos
tiene miedo.
—Entonces todo se desarrolla como había previsto Muad’Dib —dijo Chani. Miró
fijamente a Jessica, intentando guardar su temor para ella misma. He pronunciado su
nombre, pero ella no ha respondido. No puede leerse ninguna emoción en esa piedra
helada que ella llama su rostro… pero está demasiado fría. ¿Por qué permanece tan
inmóvil? ¿Qué le ha ocurrido a mi Usul?
—Me gustaría que estuviéramos en el sur —dijo Jessica—. Los oasis estaban tan
maravillosos cuando nos fuimos. ¿No estás impaciente por ver el día en que todo el
paisaje esté lleno de flores?
—El paisaje es hermoso, cierto —dijo Chani—. Pero también está lleno de
tristeza.
—La tristeza es el precio de la victoria —dijo Jessica.
¿Me está preparando para la tristeza?, se preguntó Chani.
—Hay tantas mujeres sin hombre —dijo—. Hubo muchos celos cuando fui
llamada al norte.
—Yo te he llamado —dijo Jessica.
Chani sintió que el corazón le martilleaba locamente. Hubiera deseado llevarse
las manos a los oídos para no oír aquello que Jessica iba a decir. Sin embargo,
consiguió decir con voz tranquila:
—El mensaje estaba firmado por Muad’Dib.
—Lo firmé en presencia de sus lugartenientes —dijo Jessica—. Era un
subterfugio necesario. —Y Jessica pensó: Es una mujer valiente la de mi Paul.
Consigue mantener su compostura incluso cuando el terror la está invadiendo. Sí.
Ella es la que necesitamos en estos momentos.
Hubo una imperceptible nota de resignación en la voz de Chani cuando dijo:
—Ahora puedes decirme lo que tiene que ser dicho.
—Tu presencia aquí era necesaria para ayudarme a revivir a Paul —dijo Jessica.
Y pensó: ¡Ya está dicho! En la forma exactamente correcta. Revivir. Ella sabe así que
Paul está vivo, pero al mismo tiempo sabe que hay peligro.
Chani necesitó tan sólo un instante para recuperar su calma.
—¿Qué es lo que debo hacer? —preguntó. Hubiera querido saltar hacia Jessica,
sacudirla y gritar: ¡Llévame hasta él! Pero se mantuvo silenciosa, esperando la
respuesta.
—Sospecho —dijo Jessica— que los Harkonnen han conseguido infiltrar un
agente entre nosotros para envenenar a Paul. Es la única explicación posible. Es un
veneno no usual. He examinado su sangre con los medios más sutiles sin conseguir
detectarlo.
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