Page 59 - Alejandro Casona
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ISABEL.—(Baja corriendo.)
¡Con lo que Mauricio me había hablado y las ganas que tenía yo de
probarlas! (Prueba la que le tiende la Abuela.)
BALBOA.
¿Te gustan?
ISABEL.
Sabrosas de verdad.
MAURICIO.—(Con exagerada fruición.)
¡Hum! Sabrosas es poco. Habría que inventar la palabra, y tendrían
que hacerla esas mismas manos. ¿Qué te decía yo?
ISABEL.
Tenías razón: es como una comunión de campo.
ABUELA.
¿No hay de estas cosas en tu tierra?
ISABEL.
Allí hay de todo: grandes fábricas de miel, bosques enteros de
nogales y millones de casas con abuelas. Pero así, todo junto, y tan
nuestro... ¡así solamente aquí!
ABUELA.
¡Adulona! (Isabel muerde otra.)
MAURICIO.
Despacio, se te van a atragantar.
ABUELA.
Con un vinillo alegre entran mejor.
BALBOA.
Hay un Rioja claro y un buen Borgoña viejo.
MAURICIO.
De eso ya estamos cansados. ¿No hay de aquel que se hacía en casa
con mosto de pasas y cáscara de naranja?
GENOVEVA.
¿El dulce?
ABUELA.—(Feliz.)
¡El mío, Genoveva, el mío...! (Genoveva lo busca en el aparador y