Page 57 - Alejandro Casona
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BALBOA, MAURICIO, la ABUELA
BALBOA.
¿Sola?
ABUELA.
No le hago ninguna falta; conoce la casa mejor que yo.
MAURICIO.
¿Qué tal la pequeña enemiga?
ABUELA.—(Bajando.)
Deliciosa de verdad. Sabes elegir, ¡eh! Dos cosas tiene que me
encantan.
MAURICIO.
¿Dos nada más? Primera.
ABUELA.
La primera esa manera tan natural de hablar el castellano. ¿No era
inglesa la familia?
MAURICIO.
Te diré; los padres sí, eran ingleses; pero el abuelo... un abuelo, era
español.
BALBOA.—(Apresurándose a aceptar la justificación.) Claro, así se
explica: es el idioma de la infancia, el de los cuentos...
ABUELA.
Qué infancia ni qué cuentos. Para una mujer enamorada el verdadero
idioma es siempre el del marido. Eso es lo que a mí me gusta.
MAURICIO.
Bien dicho. ¿Y la otra cosa?
ABUELA.
La otra, ni tú mismo te habrás dado cuenta. Es algo que tienen muy
pocas mujeres: tiene la mirada más linda que los ojos. ¿Te habías
fijado?
MAURICIO.—(Que ni lo sospechaba.)
Ya decía yo que le notaba algo... pero no sabía qué.
ABUELA.