Page 127 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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do hasta el país de los muertos, allí había oído, entre los
espectros, a Aquiles, que le dijo cuán terrible es estar
muerto, que esa especie de fantasma sin vida y sin cons
ciencia en que se convierten los difuntos, esa sombra anó
nima, es el peor futuro que un hombre pueda imaginar.
Calipso le ofrecerá, al término de ese viaje y de esas prue
bas, ser inmortal y permanecer siempre joven, olvidar para
siempre el temor a la vejez y la muerte.
Al hacerle esta oferta, Ulises no podría menos que re
cordar una leyenda muy conocida en Grecia, y Calipso lo
sabía: Eos, la Aurora, se había enamorado de un joven be
llísimo llamado Titono. Lo raptó para que viviera con ella,
y pidió a Zeus, con el pretexto de que no podía prescindir
dei muchacho, que le concediera la inmortalidad, para no
tener que separarse jamás de él. Zeus, con una sonrisita
irónica, le dijo: «De acuerdo, le otorgo la inmortalidad.»
Así pues, el joven Titono se instala en el palacio que Eos
posee en el Olimpo, con el privilegio de no tener que mo
rir jamás, pero al cabo de cierto tiempo su aspecto era
peor que el de cualquier anciano, porque tenía ciento cin
cuenta o doscientos años y estaba tan arrugado que pare
cía un insecto, no podía hablar ni moverse y ni siquiera
era capaz de alimentarse. Parecía un espectro.
IMPOSIBLE OLVIDO
Pero Calipso no le ofrece a Ulises, simplemente, la in
mortalidad, sino ser de veras un dios, es decir, un inmor
tal siempre joven. Para hacer olvidar las ansias del regreso
a sus lares a los marineros de Ulises, Circe los metamorfo-
seó en animales, inferiores al hombre. Calipso, por su par
te, propone a Ulises metamorfosearlo en dios, pero con el
mismo objetivo, conseguir que se olvide de Itaca y Penélo-
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