Page 194 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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rroga a su hija: «¿Quién es el padre de esa criatura?»
«Zeus.» Acrisio no se lo cree. Comienza por matar a la
sirvienta convertida en niñera, la sacrifica precisamente
sobre su altar doméstico de Zeus. Pero ¿qué hacer con
Dánae y el niño? El padre no quiere manchar sus manos
con la sangre de su hija y su nieto. De nuevo decide ence
rrarlos.
Hace venir a un carpintero muy diestro y muy hábil
que construye una arca de madera, en la que introduce a
los dos, Dánae y Perseo. Confía a los dioses la misión de
resolver el asunto, se libera de ellos, pero ya no encarce
lándolos bajo tierra, en su palacio, sino abriendo todo el
espacio marino al vagabundeo de su hija y su nieto, ence
rrados en ese escondite. En efecto, el arca navega sobre el
mar hasta las costas de una pequeña isla, un islote despro
visto prácticamente de todo, Sérifos. Un pescador, pero
un pescador de linaje real, Dictis, recoge el arca. La abre y
descubre a Dánae y a su hijo. También él se siente seduci
do por la belleza de Dánae; conduce a su casa a la joven y
a su hijo; los acoge como si formaran parte de su propia
familia. Conserva a Dánae a su lado, la respeta, y cría a
Perseo como si fuera un hijo. Dictis tiene un hermano,
llamado Polidectes, que reina en Sérifos. El pequeño Per-
seo crece bajo la protección de Dictis. La belleza de Dánae
hace estragos; el rey Polidectes, que la ha visto, se enamora
locamente de ella. Siente un deseo imperioso de casarse
con ella o, por lo menos, de poseerla. No es fácil, ya que
Perseo casi es un hombre y cuida de su madre. Dictis tam
bién la protege, y Polidectes se pregunta cómo conseguir
la. Idea el siguiente procedimiento: organiza un gran ban
quete al que está invitada toda la juventud de la región.
Cada uno de los jóvenes acude con un regalo o una con
tribución al ágape.
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