Page 198 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
P. 198
empieza a ser nubil; salida de la infancia, está preparada
para el matrimonio, puede casarse, pero todavía no es una
mujer de los pies a la cabeza. Las Ninfas también son tres.
Al contrario que las Grayas, que si descubren a alguien
con su ojo lo devoran con su diente, las Ninfas son muy
amables y acogedoras. Tan pronto como Perseo les pide lo
que necesita, se lo dan. Le indican el lugar donde se ocul
tan las Gorgonas y le regalan objetos mágicos que le per
mitirán realizar lo imposible; afrontar la mirada de Medu
sa y dar muerte a la única mortal de las tres Gorgonas. Las
Ninfas le ofrecen unas sandalias aladas, las mismas que
utiliza Hermes, que permiten a quien las lleve no ya dejar
de mover un pie tras otro, prosaicamente, sobre la tierra,
sino volar a gran velocidad como el pensamiento, como el
águila de Zeus, y cruzar el espacio de sur a norte sin la
menor dificultad. En primer lugar la velocidad.
A continuación las Ninfas le entregan el casco de Ha
des, una especie de caperuza de piel de perro, que se pone
en la cabeza de los muertos. Cuando el casco de Hades les
cubre la cabeza, los muertos se quedan sin rostro, son in
visibles. Esta caperuza representa la condición de los
muertos, pero también permite que un vivo, si dispone de
ella, se vuelva tan invisible como un espectro. Puede ver
sin ser visto.
Velocidad e invisibilidad. Le obsequian también con
un tercer regalo, las kybissis, unas alforjas, un zurrón, en el
que los cazadores meten la presa en cuanto está muerta. En
este zurrón, Perseo depositará la cabeza de Medusa para
que sus ojos sigan ocultos, como unos párpados que se ce
rrarán sobre los ojos mortíferos de la Gorgona. A todo eso
Hermes añade un regalo personal, que es la hárpe, esa hoz
curvada que corta sea cual sea la dureza del obstáculo que
encuentra. Con la hárpe mutiló Cronos a Urano.
Ya tenemos, pues, a Perseo equipado de los pies a la
201